Golpe de autoridad
Bartomeu prescinde de Rossich como director general y asciende a Mestre
En su discurso ante la asamblea de compromisarios, en octubre, Josep Maria Bartomeu planteó como uno de los siete retos de la junta directiva para los próximos dos años una profunda reforma de la estructura ejecutiva del club. “En el actual mercado competitivo, donde nuestros competidores son grandes corporaciones empresariales, tenemos que adaptar las estructuras de nuestra gestión para poder mantener nuestra singularidad a nivel de propiedad y para garantizar nuestra independencia como club”, argumentó el presidente. Después de varios retoques de importancia en las últimas semanas, el cambio ha alcanzado al máximo ejecutivo del club. Bartomeu comunicó ayer a la junta la decisión de prescindir del director general, Antoni Rossich, que será sustituido por Ignasi Mestre, director gerente del club desde junio.
Oficialmente la reestructuración responde a la voluntad de hacer un club más eficiente, pero subyacen otras motivaciones. Entre ellas, la idea de Bartomeu de configurar un núcleo duro con ejecutivos de su confianza y desmontar la organización heredada de Sandro Rosell para imprimir un sello propio en la gestión. Mestre, exdirector general de Dogi International, fabricante de tejidos elásticos, es amigo personal del presidente y entró en el club en un cargo de nueva creación con la misión de eximir a Rossich, de 63 años, de la tarea del día a día. El director general, artífice del saneamiento económico de la entidad, pasaba a centrarse en los expedientes más complejos, como la negociación de los fichajes o la renovación de los contratos de patrocinio, de la equipación y de los derechos de televisión. Seis meses después, Mestre desplaza de la cúpula ejecutiva al hombre que situó Rosell en junio del 2010 con un contrato de seis años y acumuló un gran poder.
El “proceso de transformación del club” al que alude Bartomeu arrancó en la junta del 16 de junio, cuando se produjeron los primeros movimientos del mandato de Bartomeu en el órgano. Eduard Coll, responsable de la sección de balonmano, y Pilar Guinovart, de la Oficina de Atención Especializada, dejaron por propia iniciativa la directiva, a la
UN NUEVO NÚCLEO DURO El presidente acaba con la herencia organizativa de Rosell y divide el poder entre dos ejecutivos EL OBJETIVO “Mantener nuestra singularidad a nivel de propiedad y garantizar la independencia del club”
que se incorporó Pau Vilanova. Al mismo tiempo se oficializó la contratación de Ignasi Mestre, ejecutivo de 50 años. Un mes antes, el club había contratado a Albert Soler, antiguo secretario de Estado para el Deporte y presidente del Consejo Superior de Deportes, para otro cargo de nueva creación: director de relaciones institucionales deportivas.
Ahora, Mestre y Soler son los hombres fuertes de la estructura ejecutiva del club, que ha quedado dividida en tres grandes áreas, según comunicó ayer la directiva: dirección general (Mestre), área de deportes profesionales y gabinete de presidencia (Soler), y Espai Barça.
Como director general, Mestre coordinará los departamentos social, económico y financiero, comercial, servicios médicos, recursos humanos, jurídico, innovación y digital, explotación de instalaciones, Fundació, marketing, seguridad, operaciones, derechos audiovisuales, protocolo, relaciones públicas y comunicación. Soler, por su parte, mantiene su responsabilidad en las relaciones institucionales deportivas y además coordinará las áreas deportiva y de gestión del fútbol, y las secciones profesionales. Los dos ejecutivos formarán parte, junto al director de comunicación, Albert Montagut, del nuevo gabinete de presidencia que capitanea Bartomeu.
Gerard Guiu es otro de los damnificados de la reestructuración. De responsable del gabinete de la junta directiva pasa a director de proyectos sociales.