Malestar en el PP por la presión de Aguirre para ser alcaldesa
La dirección popular recuerda que no hay ninguna decisión sobre candidatos
Esperanza Aguirre se ha declarado dispuesta a ser la candidata del PP a la alcaldía de Madrid. El anuncio ha provocado disgusto en la dirección nacional del partido, que no quiere hablar de aspirantes hasta enero y que desea colocar a algún candidato afín a Mariano Rajoy.
No ha resuelto el problema. Muy al contrario. Lo ha complicado. La dirección de los populares, lejos de sentir alivio por el anuncio de la presidenta del PP madrileño, Esperanza Aguirre, de que está dispuesta a encabezar la lista de las municipales por Madrid, vacante tras la renuncia de Ana Botella, ha interpretado como una forma de presión para torcer la voluntad del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que Aguirre haya decidido dar un paso adelante y expresara ayer su deseo de ser alcaldable en los comicios del 24 de mayo, con Ignacio González como candidato a la presidencia de la Comunidad.
Y es que es Rajoy quien ha decidido que de los candidatos no se habla hasta enero, y el hecho de que Aguirre se postule hace más difícil al presidente tomar una decisión libre, y le hace casi imposible, aseguran en fuentes del PP, decirle que no. “Nos ha vuelto a ganar por la mano, por esperar”, señalaban ayer fuentes populares consultadas por La Vanguardia.
Por eso resultó tan elocuente la respuesta oficial del PP, en boca del vicesecretario de organización. Carlos Floriano: “Todos estamos a disposición del partido”, dijo al ser preguntado por el anuncio de Aguirre. Porque de “disposición” habló la expresidenta madrileña, cosa que, aseguró, ya conocía el propio Rajoy.
Aguirre sabía lo que quería decir y cuándo y cómo lo quería decir. Y si todavía en septiembre afirmaba que no entraba en sus planes encabezar la lista del PP al Ayuntamiento de Madrid, ayer, en la sede del PP, tras la reunión del comité de dirección del partido en Madrid, dio el paso decisivo para entrar en la jugada: “Si quienes tienen que decidir piensan que yo puedo ser un activo para el PP, en cualquiera de los puestos que piensen que puedo ser de utilidad, por supuesto yo estoy a disposición de lo que tengan que decidir quienes lo tienen que decidir, que es el presidente del partido”. O sea, Rajoy.
Es verdad que el nombre de Aguirre estaba entre los de los posibles alcaldables, y sobre todo entre los nombres que el PP ha incluido en sus encuestas internas. En la última, en la que figuraban también los ministros de Fomento, Ana Pastor, y de Exteriores, José Manuel García-Margallo, la expresidenta del PP de Madrid, según las fuentes consultadas, aparecía como la mejor colocada, pero a poca distancia y con menos rechazo que la actual delegada del Gobierno en Madrid, Cristina Cifuentes, lo que hacía que la decisión sobre la candidatura no fuera del todo clara.
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“A ver quién le dice que no”, señalaban ayer algunos dirigentes del PP, que además creían que si Aguirre es al final la candidata, y con Ignacio González en la Comunidad, otros candidatos cuyo futuro no está nada claro –en especial el presidente de la Generalitat Valencia, Alberto Fabra– tendrían aún más razones para defender su candidatura en las elecciones de mayo: no se podrá justificar sustituirlos en la necesidad de la renovación o regeneración. Y más aun cuando el principal escollo para abordar una regeneración en Valencia, la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, ayer decidió por fin renunciar.
De todas formas, en la dirección del PP se subrayaba ayer que no había nada decidido sobre las candidaturas, y que estas las abordará Rajoy, como estaba previsto, en enero, para que los principales candidatos estén designados ya en la convención que el partido celebrará a finales de ese mes. Y nada, aseguran las mismas fuentes, hará cambiar los planes a Rajoy. Si Aguirre ha querido presionarle, dicen, el presidente tiene el apoyo del partido para hacer lo que crea conveniente.