Un edificio para perderse
La biblioteca pública de Girona, abierta ayer, se convierte en la más grande de Catalunya
Huy! Pero por esta sala no hemos pasado ya?”, preguntaba, equivocada, una de las usuarias de la nueva biblioteca de Girona, que abrió ayer sus puertas, a una de las profesionales que dirigió una de las visitas guiadas el día de su estreno. No es extraño que uno pueda perderse en la nueva instalación Carles Rahola, ya que el edificio, que tiene una superficie de más de 7.000 m2, multiplica por siete el espacio del antiguo equipa- miento de la Casa de Cultura y triplica su fondo documental, lo que la ha convertido en la biblioteca pública más grande de Catalunya. En las estanterías, repartidas entre las tres plantas, se exponen unos 100.000 documentos, entre libros, revistas y audiovisuales, y otros 200.000 están en depósito, en los almacenes.
Pero el tamaño no es la única diferencia que encontrará el usuario que acceda por primera vez a este equipamiento, que ha sido construido por el Ministerio de Cultura –ha invertido en él más de 15 millones de euros– y que gestiona la Generalitat. Los gastos anuales, que asumirá la administración catalana, ascienden a 1,16 millones de euros.
Uno de los aspectos que más sorprendió ayer a los usuarios es como la naturaleza se integra con el edificio, que cuenta con jardines verticales y espacios diáfanos con vistas a zonas verdes. “Los arquitectos han casado perfectamente naturaleza y cultura”, explicaba ayer durante la visita guiada al público Pepa Llobet, una de las 25 profesionales que trabajan en este espacio, que cuenta también con dos audito- rios –uno de ellos con capacidad para más de 100 personas– así como una cafetería, sala de exposiciones, mediateca, aulas de formación y una amplia zona infantil para niños de hasta 14 años, en la que destaca un espacio muy di- námico dedicado a bebés y niños de hasta seis años.
La Casa de Cultura reabrirá este verano con el fondo de la biblioteca Ernest Lluch, que se convertirá únicamente en centro cívico.