La Vanguardia

Contra los fondos de inversión

- Joan Golobart

Decisión tardía pero decisiva de la FIFA respecto a los fondos de inversión que tratan de adueñarse de los derechos federativo­s de los jugadores. Se llega a comentar que el 80% de los derechos de los futbolista­s brasileños pertenece actualment­e a fondos de inversión. Lo que deja en un estado de absoluta dependenci­a a los clubs brasileños.

El fútbol es evidente que mueve mucho dinero y por lo tanto esto ha atraído a todos aquellos que han entendido que podían fácilmente sacar una tajada del pastel. Un pastel que cada vez se reparte menos entre jugadores y acaba en la mayoría de las ocasiones alterando la competitiv­idad de los campeonato­s. Los ricos son cada vez más ricos y los clubs pobres están cada vez más endeudados y sin posibilida­d alguna de obtener el sueño americano. Es decir, que una buena gestión deportiva y económica les permita situarse en la élite.

La ingeniería financiera ha ido encontrand­o aquellos eslabones que permiten a los especulado­res encontrar el entorno ideal para realizar las operacione­s soñadas. Fue el escenario perfecto para la aparición de los fondos de inversión. Y la mala gestión de los clubs endeudados por pagar mucho más allá de lo que podían, acabó originando el caldo de cultivo ideal. Si los equipos no pueden fichar, los fondos utilizarán a estos equipos como rampa de lanzamient­o de su materia prima, en este caso los jugadores. Los equipos gozan de jugadores que no podían disponer por su pobreza, pero a la hora de la verdad, el traspaso lo acaba cobrando el fondo de inversión.

Al final, se trata de una manera inteligent­e de vaciar de dinero el fútbol. Los clubs arruinados, los jugadores en su gran mayoría cobrando menos de los que les correspond­e, unos cuantos cracks ingresando una millonada y unas terceras personas que, a través de fondos de inversión, se forran. Y con el agravante de que un fondo de inversión puede ser el dueño de jugadores que se enfrentan entre sí y entonces no creo que le extrañe a nadie que uno de ellos pueda recibir un buen

Son una trampa que convierte a los jugadores en mercancía y vacía de dinero a los clubs del fútbol

incentivo para que el rival, que busca un buen traspaso, pueda marcar goles.

Otra de las trampas del fondo de inversión es que los jugadores acaban convirtién­dose en auténtica mercancía. Es decir, hay un chaval que despunta pero por su edad temprana o por su entorno es complejo que a corto plazo reciba una buena remuneraci­ón. Llega el fondo de inversión y, a través de algún club de su propiedad, consigue sus servicios durante muchos años por una cantidad que al jugador le puede parecer interesant­e pero que es una auténtica nimiedad con lo que ganaría en el futuro. Estamos hablando entonces de un jugador que ha sido comprado a un precio injusto.

La Premier, que sabe generar ingresos para sus clubs, con muy buen criterio, ya prohibió que los fondos pudieran ofrecer jugadores. Ahora y con la insistenci­a de Platini, la FIFA se ha manifestad­o en los mismos términos. Es mejor que los clubs pasen una cierta travesía del desierto para reflotar su situación económica. Así llegaremos por fin a una situación donde gran parte del dinero que genera el fútbol se quede dentro del fútbol.

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