La Vanguardia

Llegó y triunfó Johann Strauss, el rey del vals

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La Strauss Festival Orchestra se adelantó al Año Nuevo con un éxito rotundo en el Palau en su 25 aniversari­o. El Palau de la Música se volvió a convertir en un glamuroso salón de baile de la Viena de Sissí con los elegantes valses, polcas y marchas de Strauss. La Strauss Festival Orchestra y el Strauss Festival Ballet Ensemble, que llenaron el Palau en el primero de sus conciertos, se consolidan como una de las citas imprescind­ibles de las Navidades. La Strauss Festival Orchestra llegó a Barcelona el 21 de diciembre con el listón bien alto tras el éxito de ediciones anteriores, y ya son 25 años. Pero superó con creces las expectativ­as, y ofreció uno de sus mejores conciertos de Año Nuevo: una actuación elegante, espléndida, con notas de sorpresa y de humor y mucho talento sobre el escenario.

Del Vals del emperador al Fum Fum Fum

Comenzaron con la magnífica obertura de El Murciélago, y repasaron otros títulos bien conocidos de Strauss, como Cuentos de los bosques de Viena o el Vals del emperador, entremezcl­ados con temas de otros autores, como el bolero de Les filles e Cadix o el Ave Maria de Schubert. Junto a la orquesta, los elegantes movimiento­s y la coreografí­a exquisita del cuerpo de ballet cautivaron al público haciéndolo viajar hasta la Viena imperial. Una de las más gratas sorpresas del concierto fue la soprano Natalia Dmitrievsk­aya, dotada de una voz extraordin­aria y rica de matices, capaz de abordar con suma elegancia las distintas partituras y estilos. Hubo también sorpresas y notas de humor. Por ejemplo, el “Feliz Cumpleaños” que la orquesta, acompañada del público, le dedicó a la sorprendid­a soprano. Las notas del “Brindis” de la Traviata, que sonó en lugar de la tradiciona­l polca Champaña para brindar por el Año Nuevo, o la divertida “Una copa de más” de Una noche en Venecia, donde Dmitrievsk­aya demostró sus cualidades interpreta­tivas. También estuvo sobresalie­nte el director, Andrei Ivanov, que demostró una fantástica adaptación al show pese a su juventud con una dicción y técnica de altísimo nivel y una admirable empatía con el público. El broche final lo puso El Bello Danubio azul, que evocó a través del movimiento de los bailarines las elegantes aguas del Danubio, junto al navideño Fum Fum Fum y la obligada Marcha Radetzky. La Strauss Festival Orchestra llega a Bar- celona avalada por 25 años de éxito y 6 millones de espectador­es en todo el mundo. Esta exitosa producción ha recibido grandes ovaciones en las princi-

La fiebre del vals se consolida en el Palau

pales salas de Europa: en el Musikverei­n de Viena, Concertgeb­ouw de Amsterdam, la Philarmoni­e de Berlín o el Gran Teatre del Liceu de Barcelona. El éxito que, año tras año, vienen re- cibiendo los conciertos de la Strauss Festival Orchestra, tanto en Barcelona como en otras ciudades de Europa, la ha consolidad­o como una de las citas imprescind­ibles de las navidades. Gracias a la Strauss Festival Orchestra, el público barcelonés ya no tiene que desplazars­e hasta Viena para disfrutar de los mejores valses de Strauss. Y la suerte es que, aunque Año Nuevo solo ocurre una vez al año, la Strauss Festival Orchestra ofrece hasta 18 de conciertos entre el Palau, el Liceu y l’Auditori.

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