La Vanguardia

Por favor, no me seáis guarros

- Quim Monzó

Volvemos a las andadas. Lees el titular –en este caso en Divinity.es– y te sorprendes. En este caso es “La última moda que se contagia entre los famosos: no lavarse el pelo en 30 días”. La reacción inmediata es calcular si eso es posible. ¿Puede una persona aguantar treinta días sin lavarse la cabeza pudiendo hacerlo? Imagino situacione­s extremas –una guerra, pongamos– donde no sea posible lavarse, no ya la cabeza, sino ninguna parte del cuerpo, y concluyes que entonces sí, que en una situación tan radical podrías pasar treinta días (o los que fuesen necesarios) sin lavarte la cabeza, pero ¿en condicione­s normales no lo vas a hacer? Si te pasas tres días sin lavártela y te molesta, ¿cómo te vas a pasar un mes entero?

Se trata de una moda que llaman no poo challenge, una expresión formada a partir de no poo, una forma abreviada de decir no shampoo (sin champú) y challenge (reto). Con el añadido de que poo quiere decir también caca, en lenguaje infantiloi­de. Lo de challenge está muy de actualidad desde que durante los últimos tiempos ha habido un montón de retos gregarios, liderados siempre por famosetes: ice bucket

¿Puede una persona aguantar treinta días sin lavarse la cabeza pudiendo hacerlo?

challenge, grab your balls challenge... La idea tras el movimiento del no poo es que los champúes te fastidian los aceites naturales del cuero cabelludo, la seborrea, y contienen aditivos químicos –como el dodecilsul­fato sódico y el lauril éter sulfato sódico–, que irritan la piel. Pero el hecho básico es que provocan una grave contaminac­ión medioambie­ntal, y esos famosos están muy conciencia­dos. Así pues, entras en el texto del artículo, a ver cómo se lo montan para estar un mes entero sin lavarse la cabeza y lees: “La última moda capilar que hace furor entre las gurús de belleza no son los productos libres de parabenos o el ya famoso champú de caballo, sino el no poo challenge, también conocido como el reto de no lavarse el pelo en treinta días. Cada vez son más los rostros conocidos que no tienen problema en reconocer que renuncian a los productos capilares y hacen del agua su mejor y único aliado”.

Es decir: no es verdad lo que nos ofrece el titular. No es verdad que esos famosos se pasen treinta días sin lavarse la cabeza. Se pasan treinta días sin usar champúes, pero se la lavan con agua, y con productos que cumplen la función de los jabones. Lo más habitual es usar miel, aceite de coco, o bien bicarbonat­o disuelto y a continuaci­ón aclararse el pelo con vinagre diluido. Pero tú ya has ido al texto del artículo porque el titular te prometía una cosa sorprenden­te, aunque luego te dé otra. Sería injusto decir que es un invento del periodismo digital –yo descubrí los titulares trampa durante los ochenta, en la prensa italiana, y flipé– pero sí es cierto que internet, la falta de rigor y el hecho de poner a becarios en tareas que deberían ejercer redactores como Dios manda lo potencian con total impunidad.

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