Cuatro escenarios
Cuatro escenarios en distintas partes de Europa y Oriente Medio reflejan la complejidad de un problema que nos va a explotar en las manos. El primer escenario son las manifestaciones que cada lunes se desarrollan en la ciudad alemana de Dresde, organizadas por los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente, y que en un principio eran unas decenas y el pasado lunes alcanzaron la cifra de 17.000. Se invoca el alma occidental que, según uno de sus inspiradores, Felix Menzel, citado por la revista Der Spiegel, dice que no se puede tolerar la dominación extranjera e islámica de nuestro país. Fue en Dresde donde en 1933 los judíos fueron expulsados de la ciudad y fue también la capital más castigada por la aviación aliada cuando la guerra estaba prácticamente terminada. Una vileza innecesaria de los vencedores. Lo que ocurre en Dresde se ha producido en otras ciudades alemanas, aunque con menos participación y con manifestaciones en contra, tanto o más numerosas.
El discurso de la islamofobia está recorriendo Europa. El segundo esce-
La guerra entre Occidente y el Estado Islámico crea islamofobia y tensiones en muchas partes de Europa
nario es la psicosis navideña que ha sembrado el pánico en tres ciudades francesas con tres atentados en tres días sucesivos perpetrados al grito de “Alá es grande”. Las ciudades de Tours, Nantes y Dijon sufrieron atentados parecidos en zonas urbanas muy concurridas. El ministro del Interior, Bernard Cazeneuve, declaró sobre el último atentado que no se trataba de un acto fundado en reivindicaciones religiosas, lo que dio pie a Marine Le Pen para que soltara que el Gobierno tomaba a los franceses por tontos. El primer ministro, Manuel Valls, ha hablado de la radicalización hacia el yihadismo de muchos jóvenes franceses, y ha añadido que “jamás hemos conocido un peligro tan grande”. El presidente Hollande pidió a los franceses no caer en el pánico aumentando la vigilancia, la sangre fría y la determinación para luchar contra la violencia.
El tercer escenario es el barrio de Ca n’Anglada de Terrassa, de donde salieron tres vecinos para alistarse en las filas del Estado Islámico. Fueron detenidos en Bulgaria. La policía advierte de la existencia de núcleos yihadistas en otras ciudades catalanas.
El cuarto escenario es, naturalmente, la guerra que se libra en partes de Iraq y Siria para formar un nuevo califato que avance borrando fronteras y matando a quienes se opongan a las milicias del llamado Estado Islámico. Los bombardeos occidentales contra sus posiciones pueden frenar su expansión. Pero crean movimientos de simpatía en núcleos de musulmanes que viven en Occidente y se alistan para la guerra santa. Sería un error caer en una islamofobia generalizada en Europa que podría provocar una confrontación allí donde hay comunidades musulmanas numerosas. No más guerras a causa de la religión. Pero el problema existe y es muy grave.