Fernando Peracho
N 2 expone pinturas en gran formato del escultor Adolfo Schlosser
DIRECTOR DE VALID FOTO
La galería Valid Foto, que dirige Fernando Peracho, celebra su quinto aniversario con una muestra colectiva que permite vislumbrar una pequeña parte de sus logros, que han sido notables gracias a su buen criterio.
La galería Valid Foto celebra su quinto aniversario con una muestra colectiva que permite vislumbrar sólo una pequeña parte de sus logros, que en estos cinco años han sido notables. Esta galería especializada en fotografía –como en Barcelona lo ha sido Kowasa y lo es Tagomago, entre otras– ha sabido llevar a cabo una programación interesante y a menudo espléndida, y contando con un presupuesto muy inferior al que manejan muchas instituciones financiadas por los contribuyentes. La clave de este y de cualquier éxito logrado con pocos medios es, por supuesto, el buen criterio.
Algunos centros institucionales catalanes y españoles han necesitado suplir su falta de criterio amparándose en discursos que podríamos calificar como postizos –por ejemplo, se ha abusado hasta el tedio de la estética del “archivo”, temible palabra fetiche–, o bien optando por el recurso fácil de las firmas y el espectáculo mediático.
Sin embargo, una programa- ción acertada y excelente se consigue escogiendo a los autores y las obras con conocimiento y naturalidad, con atención y sin prejuicios.
A Valid Foto hay que agradecerle que la vocación internacional de su programación no haya significado un descuido de lo local, de los autores catalanes y españoles. Pero esta galería ha destacado principalmente por su capacidad para conectar con autores internacionales excelentes y no precisamente célebres, ni reconocidos o “de moda”, y por una evidente vocación de servicio cultural, difícil teniendo en cuenta que se trata de una galería privada.
En el contexto barcelonés y catalán se puede afirmar que la programación de Valid Foto, con muestras memorables como las dedicadas al japonés Masao Yamamoto o al finlandés Pentti Sammallahti, ha contribuido a suplir una parte de las graves deficiencias de la política cultural de nuestro país en el ámbito de la fotografía. Es cierto que la amplitud del espacio le ha permitido exponer selecciones muy generosas.
En la muestra actual se encuentran obras representativas de distintos estilos y generaciones. Entre las fotografías destacables de autores históricos destacaré la foto de Ricard Terré de 1957, tomada en una tómbola y centrada en la expresión triste de una niña rodeada por una multitud. Y también la grotesca La boda (1960) de Francisco Ontañón, donde la novia parece un hombre de rasgos rudos. Más allá de la fotogénica España negra de hace más de medio siglo, son notables los desnudos y el paisaje mallorquín de Toni Catany y la serie de Luís Vioque Mares de Portugal.
Entre los fotógrafos extranjeros destacan Sammallahti y Masao Yamamoto, el primero con fotos tomadas en lugares como In- dia, León y Rusia entre los años 1992 y 2006 y el segundo con una imagen de la serie A Box of Ku y con el recomendable libro Small Things In Silence, recientemente publicado por la editorial RM. Y hay bastantes fotografías del siglo actual, entre ellas las de la serie nocturna Alter Hafen, de Álvaro Sánchez Montañés, donde la presencia del color es mínima. O, en un registro menos lírico, los paisajes sociológicos con figuras de Ariadna Arnés y sin figuras de Carlos Ventós. El trabajo que Arnés ha llamado Last Call describe un mundo artificial donde las pantallitas de móvil parecen objetos imprescindibles, mientras que la serie Urban Show, de Ventós, muestra el artificio urbanístico, por ejemplo cientos de casas como colmenas que se intentan compensar con una sola piscina. Galería Valid Foto Bcn. Calle Buenaventura Muñoz, 6. Hasta finales de enero.
Adolfo Schlosser. La galería N2 dedica una exposición a Adolfo Schlosser (1939-2004) cuando se cumplen diez años de su desaparición. La muestra es interesante porque se centra precisamente en la pintura y el dibujo, que son facetas importantes de su obra y menos conocidas que su escultura. Destacan sobre todo los grandes formatos sobre papel realizados en los años ochenta, muy coloristas y dinámicos, por ejemplo Autorretrato en Zahara de los Atunes y varias pinturas de árboles y montañas. N 2. Calle Enric Granados, 61. Hasta finales de enero.