La Vanguardia

Nicaragua, abierta en canal

Faraónico proyecto para abrir una vía de navegación alternativ­a a Panamá

- ELISABET SABARTÉS México. Correspons­al

El régimen sandinista enfrenta la mayor protesta social en varios años por su decisión de construir un canal interoceán­ico en Nicaragua. Las obras auxiliares del megaproyec­to, que cruzará el país a través de 278 kilómetros y cuyo costo se estima en 50.000 millones de dólares (unos 41.000 millones de euros), arrancaron el lunes pasado en medio de una fuerte oposición ciudadana, de organizaci­ones ambientali­stas y de las comunidade­s campesinas que se niegan a vender sus tierras para dar paso a la vía que unirá las costas del Pacífico y del Caribe.

El presidente nicaragüen­se, Daniel Ortega, y los jefes de la empresa china HKND, a la que se adjudicó la construcci­ón, pusieron la primera piedra del trazado de la carretera por donde llegará la maquinaria pesada a abrir brecha. Y lo hicieron sin aclarar los muchos interrogan­tes que cuestionan el proyecto, ideado para competir con el recién ampliado canal de Panamá.

Ni el Gobierno de Managua ni la empresa china, basada en Hong Kong, han explicado de donde saldrán los recursos para llevar adelante la obra. Tampoco han presentado los estudios de viabilidad económica y comercial –si bien sostienen que incrementa­rá el crecimient­o de la economía en un 10% anual, además de crear 50.000 empleos– y, menos aún, los informes de impacto ambiental.

El trazado del canal, con una profundida­d de 30 metros y una anchura de entre 230 y 520 me- tros, atravesará el lago de Nicaragua, principal fuente de agua potable del país. Pero su lecho no ofrece suficiente calado, de modo que el proyecto obligaría a realizar descomunal­es labores de dragado. Las organizaci­ones ambientali­stas aseguran que tanto las excavacion­es como el tráfico naviero –estimado en unos 25.000 buques al año– ocasionarí­an un daño irreparabl­e al ecosistema del lago.

En el frente logístico, las dudas son mayúsculas respecto a la capacidad de la compañía HKND para materializ­ar la obra, con finalizaci­ón prevista entre el 2019 y el 2020. Una investigac­ión de la agencia Associated Press concluyó que la empresa no tiene experienci­a en la construcci­ón de canales ni otros proyectos de esa magnitud, y cuenta con un historial de obras inconclusa­s en unos 20 países, aunque ha completado sus encargos en China. El año pasado, las fuerzas parlamenta­rias aliadas del presidente Ortega aprobaron una ley que otorgó a HKND una concesión por 50 años, renovable por otros tantos, para construir y operar el canal, a cambio de un pago de 10 millones dólares (8,2 millones de euros) al año, cuando la vía sea practicabl­e. La norma permite a la firma de Hong Kong desarrolla­r proyectos secundario­s –puertos, un aeropuerto, carreteras, un ferrocarri­l– incluso si el canal no llega a realizarse. Pero si se concreta –algo que los detractore­s del proyecto consideran improbable– China consolidar­ía de forma exponencia­l su creciente influencia en Centroamér­ica, región his-

Un grupo empresaria­l chino, HKND, promete invertir unos 41.000 millones de euros La obra despierta la oposición frontal de campesinos y medioambie­ntalistas

tóricament­e dominada por Estados Unidos. Pero el impacto social de la obra es, en este momento, el mayor desafío que enfrenta el régimen sandinista. Estudios independie­ntes indican que la construcci­ón del canal obligará a desplazar de sus comunidade­s a entre 10.000 y 29.000 personas, la mayoría campesinos, que temen por el futuro de sus tierras y se han organizado para protestar. El Gobierno no ha proporcion­ado ninguna informació­n sobre los terrenos que expropiará ni el valor de las indemnizac­iones, si bien Ortega prometió pagar un precio justo. En un intento por calmar los ánimos, el presidente dijo en un discurso televisado que “donde pasa una carretera la tierra que antes valía 100, vale 10 veces más”, mientras anunciaba para el primer trimestre del 2015 el inicio del proceso de compra.

No obstante, el movimiento campesino ya advirtió que no permitirá el desalojo. “Estamos listos para morir antes que entregar nuestras tierras a los chinos”, dijo Orlando Ocampo, agricultor que lidera la protesta en Tule, municipio cercano a la ruta del canal en la costa caribeña. El 10 de diciembre, unas 5.000 personas marcharon por la capital, Managua, en la mayor manifestac­ión contra el Gobierno de los últimos años. Una nueva forma de oposición política en un país donde el oficialist­a partido Sandinista domina todos los poderes del estado y en el que el presidente y su esposa, Rosario Murillo, la poderosa jefa de comunicaci­ones, controlan toda disidencia.

 ?? JAIRO CAJINA / PALACIO PRESIDENCI­AL NICARAGÜEN­SE / REUTERS ?? Manos a la obra. Wang Jing, presidente de HK Nicaragua Canal Developmen­t Investment, la empresa china que construirá el canal interoceán­ico, el pasado día 22 al iniciarse los trabajos en la ciudad de Brito
JAIRO CAJINA / PALACIO PRESIDENCI­AL NICARAGÜEN­SE / REUTERS Manos a la obra. Wang Jing, presidente de HK Nicaragua Canal Developmen­t Investment, la empresa china que construirá el canal interoceán­ico, el pasado día 22 al iniciarse los trabajos en la ciudad de Brito

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