Las dos caras de internet
Es evidente que internet nos acerca a unos niveles de información, culturales y de formación que no dejan lugar a dudas de lo positivo de esta tecnología, pero también es cierto que internet nos conduce a lo peor del ser humano. Por ejemplo: el acceso a los perfiles de millones de adolescentes que inocentemente se quedan en una posición de vulnerabilidad en las redes sociales. Y más allá de esto, lo que más me preocupa es el gran cambio de cómo en la actualidad contactamos con otras personas; en algunos casos me parece algo maravilloso, pero en muchos otros me parece lamentable.
Son muchas las personas que aprovechan las redes sociales para lanzar insultos, creyéndose cubiertos por el falso manto del anonimato. Esta manera de lanzar improperios a otras personas es una demostración de falta de respeto que ya se ha trasladado a la prensa que se publica en internet, haciendo co- mentarios sobre cartas o artículos que no se identifican con la libertad de expresión, sino con la falta de respeto y saber estar.
Como siempre, el progreso nos da una de cal y otra de arena y, a mi modo de ver, el ya abierto debate sobre el mal uso de las nuevas tecnologías debe ser abordado con una posición mucho más fuerte que actúe de forma contundente y sancionadora.
También me preocupa, sobre todo en los más jóvenes, el hecho de que para ponerse en contacto con otras personas de forma escrita el teclado del móvil o del ordenador son primordiales y ello conlleva la desaparición de la caligrafía personal. Ya son pocos los que envían una tarjeta postal de su puño y letra para felicitar un cumpleaños o unas fiestas, y menos aún para explicar sus problemas a su ser más querido. Es preocupante. PEDRO JAVIER MARÍN GARRETA Cornudella de Montsant