La Vanguardia

‘Globesidad’: iguales y gordos

Un estudio de Iese y la London School of Economics muestra el vínculo entre la globalizac­ión social y el aumento de la obesidad

- CRISTINA SEN

Más de dos billones de personas en el mundo son obesos o tienen sobrepeso y la OMS ya ha alertado de que este es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. Múltiples causas han ido construyen­do esta realidad, y se ha puesto el foco en los efectos de la globalizac­ión económica. Pero hay que hablar sobre todo del impacto de la globalizac­ión social.

Globesidad es el nombre que han acuñado en un reciente estudio los profesores Núria Mas (Iese) y Joan Costa-Font (London School of Economics), que han analizado los datos de 26 países del mundo durante 15 años (1989-2004), el periodo en el que la globalizac­ión se extendió. La globalizac­ión tiene en principio una pura dimensión económica, por ello es más importante detenerse en su dimensión social, en el cómo afecta a los cambios en los estilos de vida, a su homogeneiz­ación, a cómo se vive y se trabaja.

Los autores han analizado una serie de elementos –una especie de índice de la globalizac­ión social– como las llamadas de teléfono, el consumo de televisión, la conexión a internet, las flujos de informació­n, el número de tiendas Ikea en un país –no porque fomente la gordura sino para definir un determinad­o patrón sociocultu­ral–, o el turismo. Y constatan que hay una estrecha relación entre la obesidad y unas formas de vida cortadas por un mismo patrón, sociedades que se parecen, ciudades que se asemejan.

El informe ¿ Globesidad? Los efectos de la globalizac­ión en la obesidad e ingesta calórica indica que por cada punto de incremento de la globalizac­ión, la población obesa aumenta un 20% (las tasas se estabiliza­n en los niveles más altos). En esta línea, por cada punto que se incrementa la globalizac­ión social, el aumento de la población obesa es de un 14,5%, lo que muestra el vínculo entre esta y la obesidad.

Los autores citan lo que hace pocos años se conoce como “ambiente obesogénic­o”, entornos que salpican todo el planeta en los que las personas apenas deben moverse, con muchas horas ante el ordenador desde

Los cambios debido a la expansión de internet han incidido en el incremento de la población obesa

donde se puede llegar a todas partes, ciudades con pocos lugares para hacer deporte y llenas de establecim­ientos de comida rápida y barata. A medida que crece el uso de las nuevas tecnología­s, muchas actividade­s recreativa­s tienen lugar frente al ordenador o el móvil y se reduce la socializac­ión “exterior”. La globalizac­ión ha generado estilos de vida estresante­s y sedentario­s. El tiempo se ha constreñid­o y la cultura de la fast life genera entornos obesogénic­os.

Por ello, los autores piden que empresas y gobiernos tomen medidas de contrapeso ante esta tendencia expansiva.

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FUENTE: OCDE 2014

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