El lago de Banyoles elimina 600 tortugas exóticas en cinco años
En los últimos cinco años se han eliminado del lago de Banyoles unos 600 ejemplares de siete especies distintas de tortugas exóticas que se habían convertido en una grave amenaza para las especies autóctonas como la tortuga de estanque europea ( Emys orbicularis) cuya población se había reducido drásticamente hasta el límite de su desaparición. Gran parte de esos reptiles exóticos, capturados mediante trampas de distintos tipos, eran de la especie Trachemys scripta uno de los reptiles que forman parte del catálogo español de especies exóticas invasoras y del que se prohíbe su comercialización desde agosto del 2013.
Dentro de ese grupo, encontramos la popular tortuga de Florida o de orejas rojas, que durante años se han vendido como mascotas en muchas tiendas de animales. Su alta esperanza de vida y el hecho de que a medida que crecen se vuelven más agresivas ha empujado a muchos propietarios a deshacerse de ellas y a liberarlas en estanques y ríos, creyendo erróneamente que este es el mejor hábitat para ellas. En el río Ter a su paso por Girona y alrededores, a lo largo de este año, se han localizado más de 70 ejem-
plares, la gran mayoría en el área de Fontajau.
La recuperación de la tortuga autóctona en el lago de Banyoles fue posible gracias a la liberación de 130 ejemplares de Emys orbi
cularis y a las trampas. Este año sólo se han capturado 19 ejemplares exóticos, una cifra muy inferior a los 94 del 2012, los 213 del 2012 o los 223 del 2011. “Estas cifras nos indican que hemos logrado reducir significativamente la población de tortugas invasoras y al mismo tiempo hemos comprobado que las tortugas autóctonas liberadas se han adaptado bien al espacio”, explica Miquel Campos, coordinador técnico de dos proyectos que promueven la re- cuperación de la especie, impulsados por el Consorci de l’Estany y la Unión Europea, A lo largo de este 2015 se seguirá actuando en las cuencas de los ríos Ter, Fluvià y Muga para erradicar la presencia de exóticas que que invaden los espacios y compiten por los mismos recursos de la fauna autóctona.
Aparte de la instalación de trampas, se prevé liberar un mínimo de 150 ejemplares de tortuga autóctona que se crían en cautiverio en el Centre de Reproducció de Tortuges de l’Albera. El centro ha ampliado sus instalaciones para doblar la producción de ejemplares juveniles, que pasará de 30 a 60 al año.