UNA FLOR EN LA NOCHE
Tan joven y tan valiente. Sobrevivió a las balas de la sinrazón talibana que, en el nombre de Alá, mata niños alegremente, imponiendo el estado del terror en las escuelas –la última matanza, en Peshawar, ha costado la vida a más de 130; un crimen imposible de digerir–. Malala, icono mundial de la libertad y la igualdad, habla alto y claro: “Tengo derecho a la educación, a jugar, a cantar, a ir al mercado, a que se escuche mi voz”. Otra luchadora que, como ella, recibió un balazo a quemarropa –a cientos de miles de kilómetros, en Tucson, Arizona–, la ex senadora Gabrielle Giffords, traza su perfil en Time, y concluye: “Malala es el testimonio de que, las mujeres no serán intimidadas hasta el silencio. Haremos que nuestras voces se oigan”. Así sea.