La Vanguardia

Vivir en las supermanza­nas

Barcelona abre el debate para dotar a cinco zonas de menos tráfico y otra gestión energética

- LLUÍS SIERRA

La apuesta ecológica está detrás del reto de dotar a cinco grandes áreas de la ciudad, las supermanza­nas, de un ritmo de vida diferente al actual. Menos tráfico, más espacios verdes y un consumo más racional serán objeto del debate.

La mitad del solar junto a la calle Benavent, en Les Corts, cerca del gol sur del Camp Nou, está en obras. En la otra mitad, con el telón de fondo de un impresiona­nte mural que los pintores de Bcn Wall Writers dedicaron a Salvador Espriu y Mercè Rodoreda, aún aparcan unas decenas de coches. Estas obras son, de momento, la actuación más visible de la primera de las nuevas supermanza­nas de Barcelona.

Las supermanza­nas son una

Biodiversi­dad, reducción del tráfico y gestión de la energía, las claves del plan

propuesta llamada a transforma­r usos del espacio público en la ciudad, con especial incidencia en reducir la circulació­n y crear espacios verdes, pero también enfocada a favorecer la participac­ión

Barcelona busca un cambio radical no exento de polémica en minibarrio­s

vecinal, fortalecer la cohesión social y potenciar un buen aprovecham­iento de la energía y la biodiversi­dad. Puede ser un cambio radical a cuatro años vista o poco más, en la movilidad y en el uso ciudadano del Eixample diseñado por Ildefons Cerdà, además de otras zonas de la ciudad.

En cada una de las cinco supermanza­nas previstas por ahora en la ciudad (ver mapa en la página siguiente) se ha determinad­o un ámbito menor (dos en el caso del Eixample) para las actuacione­s piloto, aunque se quiere que no sean estrictame­nte experiment­ales, sino que se consoliden lo más posible.

Las áreas piloto se planifican en principio para un periodo de cuatro años, aunque segurament­e el plazo se alargará en la prácti- ca. La mayor de estas áreas será la del Eixample, concentrad­a en dos zonas donde viven 90.000 personas. Además están previstas las de Sants (Hostafranc­s), Sant Martí (Poblenou) y Glòries, esta última más lejana en el calendario, al depender del desarrollo urbanístic­o y de futuros equipamien­tos ligado a la gran reforma alrededor de la plaza.

Las supermanza­nas son algo más que zonas de prioridad peatonal y reducción de la movilidad de los vehículos privados. La idea empezó a plantearse en Barcelona a finales del siglo pasado, por parte de entidades vecinales del Eixample, que proponían crear amplias zonas peatonales. Barrios sin coches. Hace tres años, ICV incluyó las supermanza­nas en su programa electoral, manteniend­o el concepto de zona peatonal. De hecho, ya existe algo parecido en las calles estrechas de Gràcia y en otras ciudades como Vitoria, A Coruña o El Prat de Llobregat.

El área de Hábitat Urbano, gobernada por el teniente de alcalde Antoni Vives, amplió el concepto de supermanza­na, de la mano de la Agència d’Ecologia Urbana que dirige Salvador Rueda. Vives explica que “es posible aplicar de manera integral en ámbitos más pequeños que el barrio el mantra de Hábitat Urbano”. Este mantra del área de urbanismo está colgado en unas cuantas paredes de despachos municipale­s: “Una ciudad autosufici­ente, de barrios productivo­s de velocidad humana, en el seno de una metrópoli hiperconec­tada y de emisiones cero”. Junto a uno de estos carteles, Josep García Puga, gerente de Les Corts, y Rosa López, coordinado­ra del proyecto de supermanza­nas, explican cómo avanzan las actuacione­s y la planificac­ión de las supermanza­nas.

En Les Corts ya se han constituid­o grupos de trabajo, talleres que suman más de cien personas, para ir decidiendo prioridade­s. En el resto de las supermanza­nas este proceso de participac­ión apenas ha empezado. Se va a un ritmo lento, admite López, debido al mismo proceso participat­ivo, con los talleres y los grupos centrados en los aspectos parciales de la supermanza­na. Las propues-

P ARTICIPACI­ÓN Entidades y vecinos interviene­n a la hora de decidir las prioridade­s

tas se discuten y se concretan poco a poco: peatonaliz­ar una u otra calle, ajardinar un espacio o acondicion­arlo para actividade­s festivas... Un buen ejemplo de la importanci­a de la participac­ión se dio en el Eixample, cuando se planteó a los vecinos la disyuntiva entre dos ámbitos piloto de la supermanza­na, y decidieron afrontar el doble reto.

En el caso de Les Corts, la más avanzada de las supermanza­nas, esta lentitud es la principal queja de Anna Ramon, presidenta de la asociación de vecinos del Camp Nou. “El arreglo de la calle Benavent, donde, por cierto. se dejó de hacer un residencia por los problemas presupuest­arios de la Generalita­t, ya debería estar hecho”, apunta. Con todo, la dirigente vecinal es una de las valedoras de la supermanza­na que ha de suponer, entre otras cosas, que Carles III “deje de ser una barrera, que haya más vida de barrio y que vuelvan a abrir tiendas cerradas”. Y que el barrio “sufra” menos con los inconvenie­ntes, sobre todo de tráfico, derivados de estar a la sombra del Camp Nou.

Para Vives, es posible que se avance más lentamente de lo que se había pensado, pero esa lentitud “será una anécdota a medio plazo” y responde a la voluntad de hacer las cosas bien. “Quere- mos profundiza­r en la implicació­n ciudadana, de personas, de entidades… el cómo se hace el proceso es tan importante como los objetivos, que en conjunto supondrán un cambio real en la vida de las personas”.

En cambio, desde otras instan-

MOVILIDAD El RACC plantea la necesidad de abrir un debate más amplio

cias, todo el proceso es demasiado rápido y se echa en falta un debate ciudadano e institucio­nal previo más amplio. Al fin y al cabo, la implantaci­ón de las supermanza­na en la ciudad puede significar ser un nuevo plan Cerdà, o un cambio importantí­simo en el uso de la ciudad. Así el Reial Automòbil Club de Catalunya (RACC) las ve de entrada con buenos ojos, pero considera que dado el “cambio radical que pueden significar en la movilidad y el urbanismo”, debería haber un debate previo de más alcance que el habido hasta ahora. Teme el RACC, por ejemplo, que un despliegue precipitad­o de las supermanza­nas beneficie a unas calles (pacificand­o el tráfico) y perjudique a otras (las que concentrar­ían la circulació­n que se restase a las primeras).

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MARC ARIAS En Sants (Consell de Cent/Creu Coberta en la fotografía) se empieza a planificar una de las supermanza­nas
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Parking junto a los jardines Bacardí, en Les Corts
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Las supermanza­nas buscan reducir la circulació­n de coches en Sants (Riera Blanca/calle de Sants en la fotografía) y otras áreas
MARC ARIAS Menos tráfico. Las supermanza­nas buscan reducir la circulació­n de coches en Sants (Riera Blanca/calle de Sants en la fotografía) y otras áreas
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MARC ARIAS Eixample. La calle Còrsega desde la Escola Industrial, en otra supermanza­na
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MARC ARIAS El parque de Joan Miró, reserva de verde en la supermanza­na del Eixample
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DAVID AIROB

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