La reforma fiscal como primera baza electoral

La política económica fue la principal razón de la mayoría de los votantes del PP para darle el triunfo hace tres años, y Mariano Rajoy confía aún en que sea su principal baza en las elecciones, tanto las municipales y autonómicas de mayo, como las generales de noviembre. Después de años de recortes que han colocado a Rajoy y a su Gobierno en los niveles más bajos de valoración de todos los gobiernos de la democracia, Rajoy cuenta con algunos elementos que espera que convenzan a los ciudadanos, o al menos a sus votantes, o por lo menos a cerca de los tres millones que han abandonado al PP, pero que según las encuestas de los populares pueden recuperar si aciertan en las decisiones.

La primera medida que el PP espera que inicie ese camino de retorno de votantes arranca el 1 de enero, fecha en la que entra en vigor la reforma fiscal. La tesis es que los ciudadanos notarán en sus bolsillos la caída de las reten- ciones en la primera nómina del año. Puede ser, creen en el Gobierno, el primer síntoma claro que perciban los ciudadanos de que la crisis ha quedado atrás y que, como dice Rajoy, lo que queda a partir de ahora son “cosas buenas” para los ciudadanos. Unos 450.000 parados, según los datos del Ministerio de Trabajo, podrán percibir la nueva ayuda de 426 euros destinada a desempleados de larga duración, con hijos a cargo y que ya no perciben ninguna prestación. Ayudas que serán bienvenidas, pero el gran reto para el 2015 es hacer caer una tasa de desempleo sin parangón en Europa. El Gobierno pondrá en marcha medidas para crear empleo, convencido de que la línea del 2014 es la correcta –se cerrará el año con la creación neta de 300.000 puestos–. Se añade la necesidad de ofrecer un mensaje de defensa del Estado de bienestar. Lo hará con la ayuda financiera a las autonomías que les permita que los servicios básicos, educación y sanidad, noten menos que hasta ahora los re-