Sánchez: un drama en tres actos
El líder del PSOE afronta un año determinante y tan incierto que puede culminar en tragedia precipitada o en victoria
Se abre el telón y aparece Pedro Sánchez (Madrid, 1972), el líder del PSOE que ganó el título hace apenas 150 días, el pasado mes de julio, al cosechar el 49% de los votos de los militantes socialistas y ser refrendado después por el congreso extraordinario que despidió a Alfredo Pérez Rubalcaba. “Va a ser un año intenso”, asegura Sánchez. En realidad, es de lo único que puede estar seguro: todo lo demás está en el aire. “Hay encuestas que nos dan primera fuerza, otras segunda y otras tercera”, admite. Es decir, que este año 2015 Pedro Sánchez puede acabar en la gloria o en el infierno. El drama que representará, por tanto, puede tener un final feliz para él o desembocar en tragedia, incluso antes de tiempo. Y se desarrollará, si logra mantenerse en pie, en tres actos. El primero son las elecciones municipales y autonómicas del próximo 24 de mayo, en las que Sánchez no se presenta como candidato pero que en su entorno asumen que será su “primer examen”. Después, las primarias abiertas a militantes y simpatizantes para elegir al candidato electoral del PSOE, convocadas para el 26 de julio y para las que Sánchez se postula: “Yo ya he anunciado que me voy a presentar”, repite. La meta son las elecciones generales que, salvo lo que tenga a bien disponer Mariano Rajoy, están previstas para noviembre del 2015. Con una convicción: “El PSOE va a ganar las elecciones”, zanja el pretendiente al trono de la Moncloa. Una carrera, no obstante, muy cuesta arriba y con muy serios obstáculos que superar. “La tarea no es menor, nadie nos dijo que fuera fácil”, admite Sánchez. Y traga saliva.
EL PRIMER EXAMEN
Un panorama muy incierto con el alivio del “peor imposible” El propio borrador de estrategia electoral elaborado en Ferraz para las municipales y autonómicas de mayo es realista, pero también esperanzador: “Se pueden esperar datos favorables que adviertan una recuperación del PSOE. Pero sería ingenuo e ilusorio esperar un vuelco. El PSOE seguirá acusando las consecuencias de una pérdida constante de apoyos, como mínimo desde el 2010. Es imposible que recupere todo el apoyo perdido en ocho meses. Sin embargo, es evidente que la sangría se ha detenido, y que la revitalización ha comenzado”. Así, al menos, ven el panorama en la dirección del PSOE: “Los resultados serán mejores de lo que algunos piensan, y peores de lo que nos gustaría”. Y fían sus expectativas a que Guillermo Fernández Vara pueda recuperar el gobierno de Extremadura, o incluso que Ximo Puig desbanque al fin a un PP carbonizado en la Comunidad Valenciana, aunque sea a costa de presidir un ejecutivo multipartito y poco estable, o que salga bien el difícil reto de Castilla-La Mancha para Emiliano García-Page, sobre todo después de que María Dolores de Cospedal cambiara las reglas del juego en el último momento... En las municipales, aunque no hay mucha confianza en recuperar grandes capitales, hay quien piensa que cualquier resul- tado será mejor que el del 2011. Por una simple regla de tres: “Peor es imposible”. Pero en el PSOE también hay ya quien pronostica una hecatombe: “El hundimiento en Catalunya y en Madrid será absoluto. También en el País Vasco y en Navarra, entre otros”. En resumen, apunta otro dirigente: “El panorama electoral es muy incierto”. Será, en todo caso, el “primer examen” del secretario general del PSOE, que empezará por echar el resto: “Pedro va a estar a muerte con las elecciones de mayo”, aseguran en su entorno.
LA REINA DEL SUR
Díaz se erige en nuevo polo de poder en el PSOE “¡Esto es una vergüenza!”, aseguran haber escuchado a Susana Díaz algunos de los dirigentes y líderes territoriales que últimamente han peregrinado al palacio de San Telmo para ser recibidos en audiencia por la presidenta de la Junta y líder de los socialistas andaluces. Efectivamente, por si tenía pocos obstáculos para su consolidación, Pedro Sánchez advirtió con sorpresa que tras la tregua de sus primeros cien días como secretario general, la todopoderosa Díaz –“la reina del Sur”, como la definen algunos, entre el temor y la reverencia– empezó a emitir señales muy preocupantes. Algunos piensan que sólo remando por sus propios intereses –“hasta que acabe mandando ella no va a parar”– y otros creen que sólo canalizando el descontento de diversos sectores del partido –“muchos empezaron a llamarla, indignados con la inconsistencia de Sánchez”–, lo cierto es que Susana Díaz se ha erigido en otro polo de poder en el PSOE. Y eso que ella fue determinante en la victoria de Sánchez hace cinco meses, para cerrar el paso a Eduardo Madina, quien a su vez le había cerrado el paso a Díaz para ser proclamada por aclamación como nueva lideresa del PSOE. “Es una locura”, advierten algunos dirigentes que temen que se vuelva a jugar con fuego. La batalla interna está previsto que se desencadene a la vista del resultado de las elecciones municipales y autonómicas. “Ya hablaremos el 24 de mayo por la noche, o el 25 por la mañana”, anunció el secretario de organización de los socialistas andaluces, Juan Cornejo.
PRIMARIAS
Una candidatura electoral en posible disputa Pese a que Eduardo Madina quiso empujarle para asumirlo, una de las primeras decisiones de Pedro Sánchez fue postergar las primarias para elegir al próximo candidato del PSOE a las generales. Rubalcaba las fijó para noviembre del 2014, pero Sánchez, ya investido como nuevo líder del PSOE, no quiso asumir esta fecha: “Daría la impresión de que mi liderazgo es débil y tengo que pasar una reválida”, justificó entonces a los suyos. Además, todos los que se lo exigieron a Rubalcaba en su día perdieron interés en el asunto... en cuanto Rubalcaba tiró la toalla. Sánchez, finalmente, las fijó para el próximo 26 de julio. Cuando lo anunció, nadie pensó que alguien pudiera poner en cuestión que él sería el candidato electoral. Apenas tres meses después, Susana Díaz lo ha hecho. Hasta el punto de que, a toro pasado, algunos creen un error que Sánchez no asumiera las primarias en el pasado noviembre, cuando nadie habría osado disputárselas. Ahora algunos piensan que es la propia Díaz la que pretende arrebatarle la candidatura. Pero la líder andaluza siempre ha sido refractaria a las primarias, por lo que su estrategia –deducen– sería lograr una proclamación sin pasar por las urnas. ¿Cómo? “Dejando claro que ella es la salvación del PSOE”, dicen. Para lo cual su objetivo sería, en primer lugar, ganar las elecciones municipales al PP en Andalucía. “Perdimos las últimas”, recuerda un dirigente andaluz. Efectivamente, en el 2011 el PP ganó por 300.000 votos al PSOE en Andalucía. Y aunque ahora los socialistas no pudieran recuperar ninguna capital, ni siquiera la emblemática Sevilla –“las veo difícil todas”, apunta esta misma fuente–, la meta de Díaz sería darle la vuelta a la tortilla en votos totales. Y después plantear su alternativa a Sánchez. Quizá, especulan algunos, incluso apostando por un congreso extraordinario para forzar la salida de Sánchez. Hay quien no tiene dudas: “Si Susana decide ir, Pedro está muerto”. Pero los fieles al nuevo secretario general del PSOE aseguran que no tirará la toalla: “Pedro no se irá. Le tendrán que ganar en primarias”.
GENERALES
Entre la victoria y la gran pregunta: ¿susto o muerte? “El partido con más opciones de crecer es el PSOE, no creo que puedan crecer más ni el PP ni Podemos. Y todo se va a jugar en el centro: ahí no va a llegar Podemos, nosotros sí”. Pedro Sánchez está muy convencido de sus posibilidades: “El PSOE va a ganar las elecciones generales de noviembre del 2015”, repite como un mantra. Así se lo asegura la propia estrategia electoral elaborada en Ferraz: “Es perfectamente verosímil que tras las próximas elecciones generales el PSOE pueda formar gobierno, y otro dato positivo es que los españoles ven a los socialistas y a Pedro Sánchez como la fuerza política más capacitada para establecer acuerdos”. Todo depende, como dictan las encuestas, de que el PSOE quede primero, segundo o tercero en el podio electoral. Sánchez clama que nunca hará una “gran coalición” con el PP. Pero en el peor de los casos, algunos dirigentes advierten: “Al PSOE le puede quedar una alternativa endemoniada: dejar gobernar al PP o a Podemos. Y habrá muchas presiones, si es así, para que deje gobernar al PP”. La pregunta, entonces, sería: ¿susto o muerte? Sánchez cruza los dedos para no tener que responderla.