Escupir en el campo
Hace tiempo que me llama poderosamente la atención ver como los futbolistas escupen continuamente sobre el césped. No es que sea una reacción incontrolada después de una jugada, ni una necesidad por exceso de producción salival, sino una manía esperpéntica que hasta mis nietos de seis años hacen para imitar a sus ídolos. Fijaos si es manía que los porteros, que no tienen un desgaste físico como otros compañeros de equipo, también escupen sobre sus guantes.
Hay otros deportes que, con más intensidad física, no precisan del lapo. Por ejemplo, el baloncesto, el tenis o el hockey. ¿Se imaginan ustedes una pista de baloncesto llena de escupitajos? Creo que debería ser motivo de sanción, simplemente por un motivo de educación. RICARDO CRUZATE Llívia