Pablo Iglesias
Pactamos con el equipo de comunicación de Iglesias aplazar una entrevista al político de moda hasta después de fiestas. Es 22 de diciembre, día del Gordo de Navidad, y eso son palabras mayores. Sardà, Monzó, Carol, Puig y Bosch comentan un sorteo lento y este año más aburrido que nunca por la tardanza en conocerse los premios mayores. Por la tarde sí que he quedado con Pablo Iglesias. En un debate organizado por Mediapro en el cine Aribau de Barcelona charlamos sobre el tremendo documental Llach. La revolta
permanent. Roures financió el rodaje dirigido por Lluís Danés, donde se mezclan los hechos de marzo del 76 en Vitoria (cinco obreros muertos y un centenar de heridos) con la lucha antifranquista de Llach. Iglesias está, a esas horas de la tarde, muy cansado. Había hecho planes de ir al Sant Jordi a ver a Joaquín Sabina (e incluso de salir al escenario a cantar). Pero no. Se irá a descansar al piso que ha alquilado (nada de hotel) para pasar estos tres días en Barcelona. Mañana dormirá, luego se volverá a Madrid. En su muñeca izquierda, destaca una pulsera: “Podemos 9 Barris”. Es el chico de moda.