Aparcar motos
Desde hace muchísimo tiempo Barcelona es una de las ciudades en las que el uso de la moto está sumamente arraigado, pues la climatología y el exceso de tráfico son propicios para ello. Gracias a este sistema de transporte, se ha podido evitar cantidad de atascos, que sin duda habría si las sustituyésemos por el coche correspondiente.
Ahora bien, esta ventaja se ha convertido por otro lado en un inconveniente, al tener que buscar acomodo a toda esa flota de vehículos de dos ruedas que no suelen hacer uso de parkings cerrados, sino que lo hacen en la calle. Verdad es que se han habilitado zonas especiales para las motos, pero la flota supera con creces al número de amarres, y entonces empieza el problema.
Las aceras, ahora ampliadas de tamaño, pero a su vez conquistadas en parte por terrazas de bares, hacen que el espacio que queda libre se use como aparcamiento alternativo a los oficiales, y para llegar a él haya que circular por las mismas, con el consiguiente peligro para los viandantes. Si a ello le añadimos el tráfico de bicicletas, que donde no hay carrilbici también usan la acera, los po- bres peatones estamos expuestos a ser atropellados a la más mínima distracción.
Sería conveniente que se tuviese por parte de la Administración un criterio más restrictivo y se sancionase a aquellos que no respetan lo que es el ámbito peatonal.
J.L. MORILLO DE LA TORRE Suscriptor Barcelona