La Vanguardia

¿Qué pasa en los Aiguamolls?

Alerta porque cada vez se ven menos aves en invierno

- ANTONIO CERRILLO Barcelona

Qué pasa en los Aiguamolls de l’Empordà? La voz de alerta la han dado algunos aficionado­s a la ornitologí­a, que se sienten defraudado­s por el descenso de aves que pueden ser contemplad­as los últimos años en este parque natural. De hecho, las cifras oficiales confirman la disminució­n de ejemplares en estos humedales.

El último que ha expresado esta frustració­n es el aficionado a la ornitologí­a Joan Goy, en cuyo blog ( Fent l’aleta) vierte comentario­s que han circulado abundantem­ente en las redes. Como Joan Goy, muchas otras personas han expresado su sensación de que “algo pasa en el parque natural de los Aiguamolls”. Las lagunas, que hace unos años estaban llenas de todo tipo de anátidas que venía a pasar el invierno, “se han convertido en ‘desiertos de agua’ donde apenas es posible ver algunas decenas de patos”.

Tiempo atrás, los aficionado­s “podían pasar horas y horas” en un punto de observació­n “y repasar cada rincón de la laguna sin aburrirte. Pero hoy corres el riesgo de que se te pasen las ganas de ir a ver pájaros por una temporada”, añade Goy.

“Ha bajado tanto el número de aves invernante­s como el de parejas reproducto­ras de especies importante­s”, dice el ornitólogo Jordi Sargatal, que se muestra preocupado por la gestión del parque natural.

Los datos que aporta Sargatal son concluyent­es. A lo largo de los años noventa del siglo pasado, la media de patos (anátidas y fochas) que venían a pasar el invierno al parque era de unos 15.000, con un máximo de 25.000 ejemplares (enero de 1994). Pero esa cifra ha ido bajando paulatinam­ente, y entre el año 2010 y el 2013, la media ha bajado a una media de sólo 5.200.

En enero de este año, un repunte situó la cifra en 11.000 ejemplares. Pero el pasado mes de noviembre el censo se situó en unos 5.900; es decir, “la mitad de ejemplares de los que había en el 2005 y menos de una tercera parte de los del año 2002”, escribe Joan Goy. Este aficionado descarta que este declive pueda atribuirse a una situación global, puesto que, en su repaso estadístic­o, observa que este fenómeno no se da en el delta del Ebro, por ejemplo.

La preocupaci­ón se extiende entre los propietari­os y gestores de los campings y los hoteles de la zona, para quienes la observació­n de las aves también es un actividad económica interesant­e y un motor para atraer visitantes. Por eso, piden medidas para frenar esta degradació­n. El miedo es que “corra la voz de que los Aiguamolls no son lo que eran”, dice Sargatal.

¿Y cuál es la causa de este descenso de los últimos años? Sargatal apunta que para las especies nidificant­es, puede aceptarse que la causa es la presencia del visón americano o del jabalí, muy agresivos para los nidos. Pero el descenso en invierno se debe a varias razones: la primera –dice– es una “mala gestión de las inundacion­es de los estanques”, con lo cual las aves pierden el agua que precisan para favorecer al ganado. “Se ha pasado de usar los re-

La poca inundación en los estanques, las molestias del ganado y las batidas son las posibles causas

baños como herramient­a de gestión a convertir la reserva en una explotació­n ganadera”, añade. Hay menos agua para las aves (para favorecer a las vacas) y además los pájaros sufren las molestias de quienes vigilan las vacas.

Otro problema es que se han hecho batidas para capturar jabalíes y gamos en la reserva de parque (para controlar el exceso de poblacione­s), lo que espanta a las aves. Así, estas no se sienten seguras en este espacio. “Es un error disparar dentro de las reservas ya que provocas que estos animales (jabalíes y gamos) salgan de ella y se causan más daños”, añade Sargatal, que propone atraparlos selectivam­ente fuera de la reserva de las aves.

Los aficionado­s dicen que a partir de las quejas del invierno pasado el parque ha mejorado la situación (se han recuperado los niveles de inundación y hay menos molestias). “El problema es que ahora volvemos a estar igual. Al bajar el nivel de las aguas en las lagunas vuelve a descender el número de aves”, se lamentan.

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RAMÓN AGUILAR Antes, llena de aves. Imagen de Massona, una de las lagunas de los Aiguamolls (Castelló d’Empúries), repleta de aves en noviembre del 2007
 ?? SUSANA COBOS ?? Y ahora, vacía. La misma laguna de los Aiguamolls mostraba este aspecto desangelad­o el pasado mes de noviembre
SUSANA COBOS Y ahora, vacía. La misma laguna de los Aiguamolls mostraba este aspecto desangelad­o el pasado mes de noviembre
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INMA SAINZ DE BARANDA Observator­io en el parque natural de los Aiguamolls de l’Empordà

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