Compradores para el área metropolitana
Si Barcelona cierra, el flujo de compradores se traslada hacia el área metropolitana. Se ha dado en los últimos domingos y festivos que la capital catalana ha cerrado y su entorno no, y volvió a pasar ayer. Las tiendas del centro comercial Gran Via 2 de l’Hospitalet permanecieron cerradas (el domingo 14 de diciembre recibieron más de 76.000 visitas, un 25% más del año anterior), pero no las de otros centros comerciales, como por ejemplo el Splau de Cornellà-El Prat. La gran superficie vecina del campo del RCD Espanyol, sin apenas competencia en Barcelona y sin el gran centro comercial de l’Hospitalet abierto, esperaba ayer entre 60.000 y 70.000 visitantes, el día de mayor afluencia de todo del año.
El cierre de las tiendas de Barcelona desplazó a los posibles compradores también hasta el Ànec Blau de Castelldefels o La Roca del Vallès, dos centros que abren todos los domingos del año por tener la calificación de zona turística y sobre los que no había dudas que estarían abiertos.
Pero el cierre de Barcelona, además de crear nuevos flujos de compradores (o de que centros foráneos ganen público de la capital catalana), también hace que los centros y las áreas comerciales metropolitanas consoliden al público más próximo a donde están instaladas, que se queda en sus ciudades de origen. Es decir, posibles compradores del Baix Llobregat ya no se trasladan hasta Barcelona, que está cerrada; se quedan en el Splau de Cornellà o en el Barnasud de Gavà (que también abrió).
Y mucho menos hay traslados desde ciudades más alejadas de la capital catalana, caso por ejemplo de Terrassa, donde ayer la mayoría de las tiendas del centro urbano estuvieron abiertas y con una gran afluencia de compradores. Especialmente el área formada por la calle Major, Gavatxons y Sant Pere, que concentra la mayoría de la oferta de moda de la ciudad (también hubo una gran afluencia en las tiendas de juguetes) y mostró una imagen de sábado o día laborable.