Rusia avisa de una guerra fría
El Kremlin y Gorbachov acusan a EE.UU. por el castigo económico
El último líder de la extinta URSS, Mijaíl Gorbachov, acusó ayer a Occidente, y en especial a Estados Unidos, de “arrastrar” a Rusia a un conflicto bélico real, una “guerra caliente”. La del padre de la perestroika no es la única voz en Moscú que ha advertido de que si los países occidentales siguen apretando la cuerda, Rusia podría estallar.
El Ministerio de Exteriores de Rusia expresó ayer en un comunicado sus deseos de que “Estados Unidos, que ha utilizado demasiado las sanciones, se dé por fin cuenta de la inutilidad de esa política”. Y también advirtió que Rusia “reaccionará con dureza antes cualquier ataque”. El embajador ruso ante la OSCE, Andréi Kelin, aseguró que seguir apoyando al “partido de la guerra” ucraniano llevará a “una catástrofe”.
Las autoridades de Bielorrusia anunciaron ayer la reanudación hoy mismo de las negociaciones en Minsk. “Estoy preparado para servir té y lapiceros cuando vengan a alcanzar un acuerdo”, dijo el presidente bielorruso, Alexánder Lukashenko.
El expresidente Gorbachov no ve, sin embargo, esperanzas. “Por desgracia, ya no puedo decir con firmeza que la guerra fría no se vaya a convertir en caliente. Me temo que van a correr ese riesgo”, dijo ayer en una entrevista con la agencia Interfax. “Desde EE.UU. y la Unión Europea ahora sólo oyes hablar de sancio- nes. ¿Acaso han perdido la cabeza? EE.UU. nos ha arrastrado a una nueva guerra fría”.
Las sanciones, que entre otras cosas impiden a las empresas y bancos rusos refinanciarse con créditos occidentales, ha agravado la crisis económica. El Gobierno ruso ha anunciado esta semana el recorte del gasto público en un 10% en casi todas las partidas presupuestarias para el 2015.
Uno de los temores más extendidos en Moscú estos días es que Rusia pueda ser excluida del sistema bancario Swift, el servicio de mensajería cifrada que posibilita las transferencias internacionales de fondos. Varios políticos occidentales lanzaron esta idea en verano, pero con el agravamiento de la guerra en Ucrania el temor se ha hecho real ahora.
El director ejecutivo del banco ruso VTB, Andréi Kostin, dijo en el foro económico de Davos que sin el Swift “no hay relación bancaria, lo que significa que los países están al borde de la guerra, o definitivamente en una guerra fría. Los embajadores de Estados Unidos y Rusia tendrían que dejar las capitales”. El primer ministro, Dimitri Medvédev, ha dicho que en ese caso la respuesta de Rusia no tendría límites.
En el 2012 los países occidentales forzaron a la cooperativa de pagos Swift, con base en Bruselas, a excluir a Irán, lo que obligó a Teherán a sentarse para negociar su programa nuclear. La exclusión no destruiría el sistema financiero ruso, pero añadiría muchas complicaciones. “Sería volver atrás 20 o 30 años”, según Serguéi Grigorián, jefe de análisis de la Asociación de Bancos Rusos.