Vinyes d’Olivardots
Lo que empieza como afición puede llegar a convertirse en oficio y pasión. Esta especie de aforismo podría constituir un resumen del origen de la bodega ampurdanesa que hoy nos ocupa, Vinyes d’Olivardots. Carme Cascuberta, licenciada en químicas y enóloga, y su marido, Antoni Pena, decidieron construir su bodega en el 2006, en buena parte para dar respuesta a su enorme interés por el vino y la naturaleza.
El proyecto había empezado en el 2002 con la plantación de las primeras viñas, cuatro hectáreas de las variedades garnatxa negra, syrah y cabernet sauvignon. Con posterioridad, Carme y Antoni adquirieron algunas hectáreas de viñas viejas de carinyena, y , más recientemente, incorporaron viñas de más de 80 años de variedades blancas tradicionales de la zona, como la carinyena blanca, la garnatxa blanca o la garnatxa rosada.
La bodega, construida en el 2006, está ubicada en Campmany, en el Alt Empordà, y cuenta con siete hectáreas de viñedo. Es un proyecto sólido, ya que desde el principio se estudió el terreno, los portainjertos, los clones, los sistemas de conducción, y cualquier elemento que, desde la viticultura, pudiera afectar a la calidad. Todo ello bajo el liderazgo de Carme y con el asesoramiento de uno de los padres del Priorat moderno, Josep Lluís Pérez. Las vinificaciones se realizan en depósitos de acero inoxidable y en fudres de roble francés, pasando la mayoría de sus vinos a una crianza en barricas de roble francés. Este vino es, sin duda, uno de los exponentes de una nueva generación de productores ampurdaneses.