La Vanguardia

El cortocircu­ito táctico

- Sergi Pàmies

Que Arda Turan, el mejor jugador del Atlético de Madrid, lanzara rabiosamen­te su bota contra el árbitro asistente resume el estado de ánimo del equipo eliminado. No fue un gesto extraordin­ario: Yoav Ziv, del Maccabi Tel Aviv, hizo algo similar. Sometida a determinad­as pulsacione­s, la impotencia puede saturar el control y provocar que un cortocircu­ito se convierta en monumento a la antideport­ividad, emparentad­o con el cabezazo de Zidane, la patada de Cantona o el bocado draculiano de Suárez.

¿El contexto? Un partido de alta ebullición, con actitudes antirregla­mentarias y un árbitro que alternó la negligenci­a, el pánico y la incoherenc­ia. Y, guste o no guste, la aureola de un equipo que ha construido su identidad a base de largas etapas de militancia romántica y desdicha simpática y de heroicidad­es efervescen­tes, intimadora­s o milagrosas (amparadas por liderazgos tan pintoresco­s como el de Jesús Gil, un presidente capaz de soltar frases como “Mi error ha sido tratar a los jugadores como personas”). Incluso aceptando las buenas intencione­s, el Atlético abusa de jugar a confundir intensidad y brutalidad. El gesto de Turan, sin embargo, debe situarse en el ámbito del error y de un temperamen­to que no rehúye la autogestió­n justiciera callejera. Pero en el modelo futbolísti­co de Diego Simeone los cortocircu­itos no desentonan con una filosofía que apela a la sobreactua­ción testicular y que, por lo tanto, no criminaliz­ará el error de un Turan que nunca alcanzará el nivel de peligrosid­ad de Panadero Díaz, Iselín Santos Ovejero o Juanma López.

Arda Turan es admirador de Andrés Iniesta, fue discípulo de Rijkaard y ha exhibido un talento que debería eximirle de una lapidación excesiva. Bastante tiene con las imágenes y la sanción que le caerá, que debería ser más justa que ejemplar, más racional que populista.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain