La inflación alemana entra en terreno negativo por primera vez desde el 2009
En enero, la inflación bajó un 0,5% y prefigura una cifra similar para la zona euro
La rentabilidad del bono alemán a treinta años baja del 1% por primera vez en la historia
El índice de precios de consumo, que mide la inflación, ha entrado en negativo en Alemania este mes de enero por primera vez desde septiembre del 2009, cuando los precios del petróleo reflejaron un tremendo desplome desde los 150 dólares el barril –en julio– a menos de 50. En esta ocasión también, el fuerte descenso de los precios del petróleo es la razón principal por la que la tasa interanual de inflación ha pasado de un minúsculo avance del 0,1% en diciembre a un retroceso del 0,5%, que adentra a la primera potencia económica de la zona euro por el arriesgado filo de la deflación.
Los datos de la Oficina Federal de Estadísticas de Wiesbaden divulgados ayer sorprendieron a los expertos de los mercados financieros que esperaban un retroceso de tan sólo el 0,2%. La caída de la inflación refuerza la decisión adoptada el pasado jueves por el Banco Central Europeo (BCE) –con el voto en contra del Bundesbank– de comprar títulos de deuda soberana y privada de los países de la zona euro por valor de 1,1 billón de euros desde marzo hasta septiembre del 2016 con el objetivo declarado de sacar a la inflación de territorios negativos y acercarla hacia su objetivo (ligeramente por debajo del 2%). El dato adelantado sobre el IPC armonizado alemán en enero permite avanzar que hoy, Eurostat, la Oficina de Estadísticas de la Unión Europea, anunciará un descenso de la inflación del 0,5% en la zona euro en enero. La mayoría de analistas considera que la inflación será negativa a lo largo de la primera mitad del año en curso o incluso hasta otoño y que posteriormente volverá gradualmente a cotas positivas derivadas de unas importaciones encarecidas por el euro barato. Pero podría pasar más de año y medio antes de que la inflación se aproxime a “cerca de, pero por debajo del 2%”, tal y como el BCE define la estabilidad de precios, cuyo objetivo es su misión central según sus estatutos y que viene incumpliendo desde octubre del 2013, cuando la inflación bajó del 1%.
En Alemania, el retroceso de la inflación reflejó una caída en enero del 9% interanual de los precios de la energía. En diciembre, en la zona euro, la inflación bajó un 0,2% en diciembre y doce de los diecinueve países miembros de la unión monetaria registraron tasas negativas (entre ellos España, con un –1%).
Por el momento, el espectro de la deflación que ronda la zona euro parece haberse adueñado de los inversores que compran títulos de renta fija, aceptando rentabilidades ridículas (salvo en un contexto de deflación). Así, ayer, en el mercado secundario de la deuda, el bono alemán a treinta años de plazo subió hasta situar su rentabilidad justo por debajo del 1%. En plazos más cortos, tres meses, seis, doce, las rentabilidades son negativas.