El mundo como idea
XAVIER Batalla era uno de esos oráculos que tienen las redacciones de los diarios, un ejemplar de periodista sólido en un mundo cada vez más líquido. Recuerdo, al poco de ingresar en La Vanguardia, cómo los compañeros iban a preguntarle cuándo empezaría la guerra del Golfo, como si cenara todas las noches con Colin Powell. Finalmente, acertó la fecha del 2 de agosto (1990), no porque tuviera una garganta profunda en el Pentágono o una bola de cristal comprada en un bazar de Oriente, sino porque era un periodista muy bien informado, que escuchaba a todas horas la BBC y sabía leer entre líneas la prensa anglosajona. Y lo más importante, porque era capaz de procesar este caudal de información como pocos. Su veterano colega Jaime Arias, otra referencia que hemos perdido, le llamaba mister Number One y no dudaba en presentarlo de este modo en encuentros diplomáticos en que coincidían, haciendo que Batalla se azorara.
Ayer se presentó en Barcelona el libro El mundo es una idea (RBA), con una selección de las mejores crónicas del periodista. El capítulo dedicado a Europa resulta más sugerente que nunca en esta semana que Grecia (la cuna de la democracia) intenta mantener su pulso con el resto de la UE. El autor escribía que ser europeo tras la II Guerra Mundial era fácil, aunque los tiempos fueran difíciles. Ello permitió un pacto entre estados que garantizó la paz y llenó los estómagos gracias a un modelo social basado en el crecimiento y la redistribución económica. ¿Qué significa hoy Europa? Batalla lo tenía claro: la UE es una potencia supranacional blanda que se define por su modelo social. Los estados ya no pueden apostar por el sálvese quien pueda, pues no son nada fuera de la UE. Toda una lección para Merkel y Tsipras en esa hora de desencuentros.