Portero de futuro
Pau López se consolida en Sevilla como el portero de futuro para el Espanyol sin haber debutado todavía en la Liga
Pau López, a sus 20 años, se convirtió el jueves en un nuevo descubrimiento del españolismo y en la pesadilla para una afición sevillista que esperaba dejar al Espanyol fuera de las semifinales de Copa. El joven meta del filial blanquiazul ni se arrugó ante el griterío ni ante la responsabilidad.
Aún no suma un minuto en Primera y ya ha tenido el privilegio de ser el jugador más abucheado del equipo rival por un Sánchez Pizjuán lleno hasta la bandera. Un reto nada fácil con los exbéticos Sergio García y Cañas en el césped y Salva Sevilla en el banquillo. Pau López, a sus 20 años recién cumplidos, se convirtió la noche del jueves en un nuevo descubrimiento del españolismo y en el villano para una encendida afición sevillista que creía en poder dejar fuera al Espanyol de las semifinales de Copa. El joven meta del filial blanquiazul ni se arrugó ante el griterío ni ante la responsabilidad que Sergio González puso sobre sus hombros. Al contrario, demostró una extraordinaria soltura y un sorprendente oficio. Capacidades que en un portero suman tanto como su propia calidad.
“Cuando estoy en el campo intento pasármelo bien, disfrutar. Y eso se nota en el rendimiento. Sé que en el fútbol hay muchos intereses, que la gente te admira o te odia, pero a mí todo eso me da igual –explica su fórmula el joven meta españolista–. Ante el Sevilla salieron bien las cosas, pero otro día fallaré o uno de los errores que cometí en ese partido resultará fatal y se me verá de otra forma. Así que simplemente, no lo pienso”.
Estudiante frustrado de Psicología –tras el primer curso se pasó a Educación Física y Deporte–, Pau sabe relativizar y manejar las situaciones con una destreza impropia de su edad. Ayer, aprovechó la pre- sencia del fotógrafo del club en Sevilla para pedirle alguna imagen defendiendo la meta del primer equipo. Hasta ahora no se había preocupado por ello pese a contar con ficha de su plantilla desde esta temporada y en su cuenta de Twitter aún aparece como portero del filial. “Entendería que Kiko jugase en Copa y no podría recriminar nada al míster, porque a él sólo tengo cosas que agradecerle”, afirma.
De hecho, Pau considera que un aspecto fundamental de su formación es el ejemplo de Casilla, un portero que encadenó cesiones y periodos de ostracismo a la sombra de Gorka, Kameni y Cristian Álvarez hasta que le llegó su oportunidad y se destapó como un gran meta que ha llegado a la selección. “Muchas veces pienso en eso –se sincera–. Hay porteros que lo han pasado muy mal, como Kiko. Es un ejemplo que seguir por ese trabajo incondicional y como persona”.
Procedente del Girona con 13 años después de haber flirteado con el baloncesto, Pau es uno de los productos del juvenil de Dani Poyatos que ganó Liga y Copa doblegando al Barça de Deulofeu, rival de nuevo el pasado jueves. “Ese equipo sigue dando sus frutos”, considera Pau, un futbolista a quien sus padres, su novia y su hermano siguen acompañando en sus actuaciones, como siempre.
“Lo que es increíble es que viniese gente en autocar y regresase tras el partido”, vuelve a relativizar. Ver en vivo a este portero realmente merece un viaje así. Su próxima parada es el debut liguero, algo que a Pau tampoco le quita el sueño. “Ahora vamos a disfrutar con la Copa”, concluye.
SIN EUFORIA “Intento disfrutar en el campo y no pensar en nada; ahora va bien, pero otro día fallaré”