La ‘cofradía’ Batalla analiza el mundo
Al volver la vista atrás, los viejos gestores del mundo no las tienen todas consigo. Enterraron horas y horas en negociaciones a varias bandas, muchas secretas, algunas geniales, que se tradujeron en paz y estabilidad. Sin embargo, también admiten errores que no supieron corregir y escenarios que no pudieron anticipar. Si hoy tuvieran el poder de entonces, intentarían hacer las cosas de otro modo, pero aquellos tiempos no volverán y todo lo que les queda es asesorar a los que aún están a tiempo de tomar las decisiones.
El mismo regusto agridulce sienten los viejos periodistas que han tenido la oportunidad de ver el mundo a vuelo de pájaro, de levantar el primer acta de la historia, siempre con la sensación de que en este país los asuntos internacionales importan más bien poco, y que su ca- pacidad de influencia en los gobiernos y la opinión pública es muy reducida.
Unos y otros, diplomáticos, analistas y reporteros de avión y manta, ocuparon ayer el auditorio de la facultad de Comunicación de la UPF, convocados por el malogrado Xavier Batalla, amigo y colega que publicaba un libro póstumo sobre los hechos y las ideas que movieron el siglo XX y moverán el XXI.
Javier Solana, guiado por el periodista Rafael Jorba y la politóloga Laura Batalla, llevó el peso de un acto huérfano de estudiantes, síntoma de que algo falla en las universidades. A los jóvenes no les suena Batalla, corresponsal diplomático de La Vanguardia durante 25 años, y tampoco Solana, destacado diplomático español y europeo. Una lástima porque ayer se perdieron varias claves para entender lo que pasa a su alrededor.
Cuando estaba en activo, Solana no solía decir nada ni off the record, pero ahora, liberado de aquella mordaza, habla con titu- lares. El más importante, según confesó a la cofradía Batalla, es que el mundo está desgobernado. “El partido de la política internacional no tiene árbitro”, aseguró. “El árbitro ya no puede ser una potencia, debería ser una institución multilateral, pero no hay ninguna que responda a los grandes desafíos globa- les”. La multipolaridad aún no ha encontrado la manera de articular la multilateralidad.
“El islam –dijo en otro titular– no ha encontrado una expresión política a la altura de la modernidad”. Occidente enterró las primaveras árabes al apoyar el golpe de Estado de Al Sisi en Egipto. El cambio de régimen no dejó espacio político a los Hermanos Musulmanes. Este error, unido al desastre estadounidense en Iraq, se paga ahora muy caro en Siria con la emergencia del Estado Islámico y da pie a otro error de EE.UU., empeñado en liderar una nueva campaña militar que “generará más horror. Debemos ayudar a los árabes a derrotar al EI pero no liderarlos”, aseguró.
Solana repasó luego los errores de Europa, Ucrania y Rusia en el conflicto que lleva camino de convertir Donetsk en un nuevo Sarajevo y se despidió con la convicción de que el mundo, más que una idea, es un relación de intereses camuflados en ideologías líquidas.
Solana afirma que la multipolaridad aún no ha encontrado la manera de articular la multilateralidad