Las universidades catalanas buscan un acuerdo para los grados de tres años
Rajoy aprobó ayer el decreto que permite reducir la duración de las carreras
Las universidades de Catalunya y el Govern de la Generalitat tratarán de acordar qué títulos podrán reducirse a tres cursos. El Consejo de Ministros aprobó ayer el decreto que autoriza programar grados más cortos y el secretario de Universitats i Recerca, Antoni Castellà, quiere aprovechar esta “oportunidad” para reformar parte de la oferta de las facultades. “Esta medida dará una mayor autonomía al sistema universitario”, señaló Castellà.
A partir del curso que viene, las universidades que quieran podrán ofrecer grados de tres cursos de duración en lugar de cuatro como hasta a hora. Se trata de algo voluntario, el Gobierno no dice qué títulos deberían reducirse, con lo que se podría dar el caso que la misma carrera dure tres cursos en una universidad y cuatro en la de al lado. Los únicos grados que no podrán acortarse son los relacionados con Ingeniería, Arquitectura o Ciencias de la Salud, que cuentan con una normativa propia. Estos suponen el 30% del total de títulos.
La nueva norma ha causado un gran revuelo en la universidad. Buena parte de los rectores no ven la necesidad de aprobar un cambio así ahora, cuando apenas han pasado cuatro cursos desde que se adaptaron las carreras al Espacio europeo de educación superior (conocido como plan Bolonia). También consideran que el decreto puede dar lugar a un sistema universitario “arbitrario” y que no se ha analizado con profundidad sus implicaciones. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) ha convocado una asamblea general extraordinaria el lu- nes para discutir este asunto y fijar una posición común.
Algunos de los rectores catalanes comparten estas inquietudes, mientras que el de la Universitat Pompeu Fabra, Jaume Casals, el de la Oberta de Catalunya Josep A. Planell, o el de la Ramon Llull, Josep M. Garrell, apoyan más abiertamente los grados de tres años. Todos coinciden, eso sí, en la necesidad de consensuar las áreas de conocimiento en las que se implantarán los nuevos grados. Llevará tiempo, aunque Castellà cree que el curso que viene ya podrían ofrecerse algunos títulos. Además se velará, han asegurado, por que el cambio no supon- ga un sobrecoste para los estudiantes, que se podrían ver obligados a realizar un máster para completar su formación.
El ministro de Educación, José Ignacio Wert, defendió ayer que el decreto “acerca las universidades españolas a Europa”. Sólo Chipre, Turquía, Armenia, Georgia, Grecia, Kazajistán, Rusia y Ucrania comparten el modelo español de cuatro años de grado y uno de máster. En el continente predominan las fórmulas mixtas que combinan los grados de tres y cuatro cursos con los másters de uno y dos años (modelos 3+2 y 4+1). Pero prácticamente ningún país permite que las universidades decidan cuántos cursos tienen las carreras, sino que son los gobiernos y los campus los que acuerdan un catálogo de grados homogéneos. Esto es precisamen-
Con la nueva norma, un mismo título podrá tener más o menos cursos en distintas facultades
te lo que reclamó hace unos días el presidente de la CRUE y rector de la Universidad de Zaragoza, Manuel López.
Otro de las “bondades” de los grados de tres años, según Wert, está en el “ahorro de dinero que supondrá a los estudiantes”. “Los jóvenes se incorporarán al mercado laboral antes y pagarán un año menos de universidad”, señaló ayer tras el Consejo de Ministros. Quien seguro que se ahorrará dinero son las comunidades autónomas, que asumen la mayoría de financiación universitaria y que dejarían de subvencionar un curso. También el Gobierno central, en forma de becas –ayudas durante tres años y no cuatro–.
Las asociaciones de estudiantes discrepan y temen, como decía ayer el Ceucat, que la reducción de los grados suponga una devaluación de estos. Y que para conseguir trabajo tengan que estudiar un máster –mucho más caro–, de uno o dos años. Al final, el estudiante pagaría más.