Walsh y Al Baker, más que socios
Willie Walsh, consejero delegado de IAG y uno de los hombres más poderosos de la industria de la aviación, se mueve con la misma soltura en un pub cerveza en mano que en un hotel de siete estrellas en Qatar o la primera clase del flamante A-380 de British Airways. De cuando en cuando sigue reuniéndose a cenar con Michael O’Leary, presidente de Ryanair y excolega en Aer Lingus. Pero últimamente prefiere la compañía de Akbar al Baker, consejero delegado de Qatar Airways, a quien guió en su entrada en la alianza Oneworld, y a quien tiene en alta consideración. Con motivo de la entrada de la aerolínea qatarí en la alianza de British e Iberia, celebrada por todo lo alto en Doha en octubre del 2013, Willie Walsh ejerció de maestro de ceremonias de Oneworld y se sentó a la mesa de los jeques en la fiesta del lujoso hotel The St. Regis. La complicidad entre ambos es evidente y, de hecho, Walsh retrasó su partida al día siguiente para no hacer un desplante a los anfitriones y abandonar la fiesta en pleno apogeo. En lugar del vuelo a Londres de altas horas de la noche, el consejero delegado de IAG tomó el de Qatar Airways a Barcelona de primera hora. Al Baker personalmente acompañó a Willie Walsh al aeropuerto y lo instaló en su asiento business (el vuelo de Barcelona no tiene first class). Ahora, en el momento de buscar un socio, Walsh lo ha tenido claro: siempre es mejor lidiar con un amigo generoso que con los grandes fondos internacionales. Al Baker, que como buen ejecutivo qatarí se desenvuelve con soltura en la City, también tiene en Willie Walsh el mejor aliado de un viaje inédito en la industria de la aviación.