Yuan Guiren
MINISTRO DE EDUCACIÓN CHINO
El ministro Guiren ha prohibido que en las universidades se enseñen libros que promuevan los valores occidentales y pide mayor control del profesorado, en un intento por cerrar el régimen a la influencia extranjera.
Las autoridades chinas han dado un paso más en su voluntad de controlar el mundo académico. Han prohibido a las universidades que utilicen libros de texto que promuevan valores occidentales. La medida constituye el último paso de la campaña de fortalecimiento ideológico que promueve el presidente del gigante asiático, Xi Jinping.
“Nunca debemos permitir que libros de texto que promuevan los valores occidentales aparezcan en nuestras clases”. Con esta rotundidad indicó el ministro de Educación chino, Yuan Guiren, a los representantes de algunas de las principales universidades del país, como la de Pekín o Tsinghua, la línea política que deben seguir. Un control que tiene por objetivo frenar la influencia que dichos principios puedan tener en las generaciones más jóvenes.
El responsable de la política educativa de la segunda potencia mundial, que lanzó sus consignas en un foro sobre la mejora del trabajo ideológico en universidades y colegios, fue más allá en sus ordenes a los responsables universitarios. Indicó que “las declaraciones que calumnien el liderazgo del Partido Comunista, difamen el socialismo o violen la Constitución y las leyes, nunca deben aparecer ni ser promovidas en las aulas”, según la agencia Xinhua.
Abogó, por otra parte, por hacer llegar los discursos importantes del presidente del país a las clases y ejercer un control más estricto del uso de internet en las universidades.
Esta disposición marca, por otra parte, un paso más en la campaña ideológica que promulga Xi Jinping para fortalecer su poder. Una iniciativa que ha llevado a los medios de comunicación y a interNet a ser víctimas de unos controles más estrictos.
En su discurso del jueves, Yuan también incidió en la necesidad de vigilar a los profesores. Advirtió que “no se les debe permitir expresar su resentimiento o descontento, para evitar que inculquen ideas negativas a los estudiantes” y les instó a mantenerse firmes y a “acatar los límites políticos, jurídicos y morales”.
Estas advertencias del titular de Educación constituyen el último paso dado por las autoridades comunistas en su afán por reforzar el control ideológico sobre el mundo académico. Una iniciativa que se puso en marcha a principios de mes, cuando las universidades recibieron la orden de intensificar la enseñanza del marxismo y del socialismo chino. Una demanda que responde a las directrices dadas por Xi Jinping sobre la necesidad de aumentar la supervisión ideológica en los centros docentes. Unas exigencias sobre la integridad política de los académicos que se produce en el marco de una ofensiva destinada a silenciar a los más críticos o a los que defienden posiciones más pro occidentales. Algunos han sido encarcelados, como el moderado profesor uigur Ilham Tohti, que promulgaba el diálogo entre la minoría uigur y la mayoría han. Otros, han sido despedidos, como los profesores Xia Yeliang, defensor de la libertad de expresión, y Zhang Xuehong, que se negó a disculparse por escribir artículos críticos contra el Gobierno.
El ministro de Educación subraya la necesidad de velar por la integridad política de los profesores