Francisco critica “el absolutismo de las reglas del mercado”
El Papa pide “replantear” el sistema de producción y distribución de comida
Bergoglio elogia la labor esencial de los agricultores “de cultivar y custodiar la tierra”
A Francisco no le gusta el sistema económico dominante y lo critica a la menor oportunidad. Ayer volvió a hacerlo, en un tono muy contundente, aprovechando la audiencia que concedió en el Vaticano a los líderes de una importante confederación agrícola italiana, Coldiretti.
El Papa alabó el trabajo fundamental de los agricultores y reflexionó sobre “dos áreas críticas” derivadas de su actividad: la pobreza y el hambre. Jorge Mario Bergoglio recordó que ya el Concilio Vaticano II y documentos posteriores establecieron la posición de la Iglesia católica sobre “el destino universal de los bienes de la tierra”. El Papa lamentó que “el sistema económico dominante” excluya a tantas personas del disfrute de estos frutos. Y añadió: “El absolutismo de las reglas del mercado, una cultura del descarte y del despilfarro, que en el caso de la comida tiene proporciones inaceptables, así como otros factores, determinan la miseria y el sufrimiento para muchas familias”.
Según Francisco, “debe replantearse a fondo, por tanto, el siste- ma de producción y distribución de la comida”. “Como nos enseñaron nuestros abuelos, ¡con el pan no se bromea” –agregó–. Yo recuerdo, de niño, que cuando caía el pan, nos enseñaban a cogerlo, besarlo y devolverlo a la mesa. El pan participa de algún modo a la sacralidad de la vida humana y por eso no puede tratarse sólo como una mercancía”.
El Pontífice insistió en que los agricultores desarrollan una labor muy valiosa, esencial para la sociedad, acogiendo “el precioso don de la tierra que viene de Dios”, y son llamados “a responder con audacia y creatividad al mandato dado siempre al hombre, de cultivar y custodiar la tierra”. Según Francisco, muchos agricultores actúan hoy movidos por una verdadera vocación y merecen ser reconocidos y valorizados de modo adecuado. “Se trata de eliminar esos obstáculos que penalizan una actividad tan preciosa y que a menudo la hacen aparecer poco apetecible para las nuevas generaciones”, señaló. El Papa se congratuló, sin embargo, de que las estadísticas estén registrando un aumento de los estudiantes en las escuelas agrarias.
Francisco alertó de la tendencia a sustraer tierras de su uso agrícola para dedicarlas a otras actividades más rentables. “¡Aquí domina el dios dinero!”, exclamó. “Es como aquellas personas que no tienen sentimientos, que venden la familia, venden la madre, pero aquí la tentación es vender a la madre tierra”, añadió.
El Papa, que prepara una encíclica de temática ecológica y se muestra muy sensibilizado, abordó también esta cuestión. Francisco constató la inquietud de los agricultores por la dificultad de cultivar la tierra “en un tiempo de cambios climáticos acelerados y hechos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes”. Para el Papa es urgente que todas las naciones se percaten de la im- portancia de custodiar la creación y colaboren. Francisco lo explicó así: “El desafío es: ¿cómo practicar una agricultura de bajo impacto ambiental? ¿Cómo hacer para que cultivar la tierra sea al mismo tiempo custodiarla? Sólo así, de hecho, las futuras generaciones podrán continuar habitándola y cultivándola”.
Ante estos grandes interrogantes, el Papa, que citó a san Francisco de Asís. propuso “reencontrar el amor por la tierra como madre, de la cual venimos y a la que somos llamados constantemente a volver”.