“Nosotros, no los de Podemos, íbamos a asaltar el tablero”
Igual que su novio Pablo Iglesias y otros dirigentes de Podemos, Tania Sánchez es ferviente seguidora de la serie Juego de tronos. Y especialmente fan de Khaleesi, la líder guerrera que, “desde fuera del tablero –explica la diputada– libera esclavos y los convierte en un ejército con el que asaltar el tablero” para hacerse con el trono. Iglesias ha llegado a compararse con Khaleesi. Y Sánchez, medio en broma medio en serio, se indigna: “Somos nosotros –dice en alusión a su sector de Izquierda Unida– los que íbamos a asaltar el tablero, no los de Podemos”. Ante lo cual surge la pregunta: ¿Eso se lo suelta a su novio? Ella ríe y exclama: “Muchas veces. ¡Yo era Khaleesi, no ellos!” Y recuerda cómo en el verano de 2013 ella y varios compañeros teorizaron sobre la crisis de la izquierda, la oportunidad que ofrecía “la gran disposición al cambio de voto” en España, y la necesidad de replan- tear viejos esquemas: como luego haría Podemos. El problema es que en IU “no rematamos el proceso”. Todo quedó en proyectos y se perdió en discusiones. La vieja guardia se fue por las ramas, cree ella. El resultado es, a su juicio, el “ciclo de derrotas e insignificancias” que la coalición atraviesa desde hace años. Este sentimiento de frustración, compartido con muchos militantes, es el trasfondo de la ruptura que, con Sánchez de coprotagonista, vive IU de Madrid. Un amigo suyo, el actor Juan Diego Botto, ofrece una pista más personal: “Tania tiene un espíritu pragmático. Ama la acción, más que la teoría. Pisa tierra de la manera más firme”. Tal vez por eso y por su capacidad de convicción, sigue Botto, la diputada está recibiendo “un ataque desmedido en una ciudad llena de basura por escándalos de verdad graves”. Un ataque, opina, que sí es “proporcional al temor que le tienen”.