La Vanguardia

Moda y tendencias 2.0

Más allá de la influencia de las pasarelas, distintas aplicacion­es móviles y cuentas de Instagram tienen un valor único a la hora de afianzar marcas y “it-girls”

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En un mundo en el que la tecnología ocupa un lugar privilegia­do en prácticame­nte la mayoría de nuestros quehaceres diarios así como en nuestras relaciones personales o laborales, un sector tan importante y que despierta tanto interés social como el de la moda no podía quedar al margen. Programas informátic­os de retoque de imagen, de diseño, asesores de tendencias como WGSN, blogs y tumblr... todo un sinfín de herramient­as para conocer, mejorar o perfeccion­ar un producto que, exponencia­lmente, puede dar la vuelta al mundo. A todas éstas, se han unido y con fuerza, las aplicacion­es móviles o apps. Podría decirse que no sólo están de moda, sino que forman parte de ella, ya que la hacen moverse, esforzarse, atreverse a ir aún más allá y reinventar­se a pasos agigantado­s.

Apps que ( no) pasan de la moda

Hasta hace relativame­nte poco, para estar a la última en tendencias de moda, lo mejor era consultar las revistas especializ­adas. Las revistas dejaron paso a los numerosos blogs de moda, y ahora es el turno de las apps. La moda es uno de los mejores ejemplos de cómo el mundo físico y el virtual están intrínseca­mente conectados a través de los dispositiv­os móviles. Una sencilla muestra puede verse cuando se va de compras: ya no hace falta buscar y buscar antes desde casa para tener un alto índice de acierto, ya que mientras estás comprando, ahora puedes consultar gracias a numerosas apps, opiniones, precios o, incluso, ver cómo nos quedaría alguna prenda o cómo se combinan algunas piezas entre ellas.

Aplicacion­es móviles las hay para todos los gustos y necesidade­s. Algunas permiten identi car la marca mediante imagen de un producto, lo que nos facilitarí­a su búsqueda, otras están al día de las últimas novedades, y muchas son meros portales de venta, que si saben gestionar las ofertas mediante alertas, pueden conseguir que el cliente sea incapaz de resistirse a tamaña tentación y subir en mucho, así, sus ventas.

Entre los rastreador­es de prendas, destacamos a Shot & Shop, una aplicación cuya descripció­n no deja lugar a dudas: “Lo ves, lo fotografía­s y lo compras”. Permite la búsqueda a través de imágenes de entre cerca de medio millón de prendas, además de una opción para combinar prendas y conseguir así el estilismo perfecto. Ganadora de varios premios y reconocimi­entos, la app también facilita el acceso a las tiendas online (http://www.shotnshop.com).

Otra de las apps que ayudan a encontrar la prenda deseada es Similify, resultado de una infortunad­a búsqueda de zapatos por parte de su creadora, Sandra Puerto, a la que decidió dar solución. No sólo puede encontrar el objeto de nuestros deseos, sino que también localiza objetos similares por si nuestra primera opción es inaccesibl­e, indica dónde poder adquirirlo, y nos mantiene informados de las últimas tendencias en cuanto a los bolsos y zapatos más deseados (www.similify.com).

En cuanto a las aplicacion­es que colaboran mano a mano con el usuario para sacar provecho a su armario, DressApp, que se autode ne como “tu armario de bolsillo”, ofrece multitud de posibilida­des, ya sea haciendo fotos de tus prendas o aquellas que has visto y quisieras tener; introducie­ndo informació­n acerca de ellas que permita organizarl­as por temporada, estilos, momentos del día, precio o marca; y crear conjuntos. Además, dispone de un calendario al que poder aña- dir los conjuntos creados, así como compartirl­os en las redes sociales (www.dresapp.es).

Stylish girl también parte de lo que ya hay en tu armario. La aplicación ayuda a mejorar el estilo mezclando y combinando con su asistente “Stylish Girl”. Además de crear conjuntos, también permite comparar precios, de cara a mantener el presupuest­o a raya, organizar qué meter en la maleta sin olvidar nada, o compartir las prendas con tus amigas en las redes sociales para que se conviertan, así, en tus asesoras de moda (http://www.stylishand­cool.com/stylishgir­l.html).

Otra ap p para no perder de vista es Pose, que viene a ser una versión móvil de lo que en su momento fueron los populares blogs de moda, donde pueden publicarse nuestros looks y recibir las opiniones de otros usuarios, ya sean anónimos o especialis­tas en la materia. Las apps permiten que los usuarios creen su particular universo de moda y puedan compartir y recibir feedback de otros usuarios. Todo juega con el narcisismo en las redes sociales. Pose también ofrece recomendac­iones según qué tiempo hace o al lugar al que piensas viajar (www.pose.com).

Estilo vía Instagram

Aunque no se trata de una aplicación exclusivam­ente de moda, es innegable que con sus más de tresciento­s millones de usuarios en todo el mundo, y sólo superada por Facebook, Instagram, que permite retratar estilos de vida, también se ha visto seducida por los amantes de ir a la última.

Probableme­nte, el hecho de no sólo poder subir a la red fotografía­s, sino también vídeos cortos, y aplicarles diversos efectos fotográfic­os mediante filtros, además de la posibilida­d de “jugar” con todas las herramient­as necesarias para modi car la perspectiv­a de la imagen captada, el brillo, el contraste, la saturación, las sombras... de modo que podamos sentirnos los mejores fotógrafos en base a la re percusión que tienen nuestras creaciones y el feedback que recibimos de otros usuarios, son algunas de la s poderosas razones que han llevado a Instagram a cautivarno­s sin remedio. Porque no se trata de ser experto en la materia, sino de que la aplicación te ayuda a serlo, y una fotografía anodina puede llegar a convertirs­e en una estampa de lo más artística.

Cua lq ui er a d e la s im ág en e s su bi da s a I ns ta gr a m puede dar la vuelta al mundo en apenas unos segundos, ya que cualquier usuario puede descubrirl­a, comentarla y hacer que siga circulando,

UnaUna dede laslas novedadesn­ovedades queque traerátrae­rá 2015 respecto a Instagram es la posibilida­d de comprar directamen­te desde esta aplicación, sin necesidad de redirigirs­e a ninguna otra plataforma online

Nuevos tiempos

máster de márketing digital y co-comercioi electrónic­o,ltróni cuentat con másá de cuatro mil tresciento­s seguidores. Lo único que le preocupa de la inmediatez de las redes es que algo “llegue a perder su identidad. La moda es para mí una for ma de expresión artística y personal que va más allá de las tendencias... La moda no la dictan las editoriale­s de revistas, las creamos nosotros”.

Tanya Khvorostia­na (@tanyataco), joven estudiante de moda de 19 años, es el re ejo del “prototipo” de usuario de Instagram: menor de 34 años que revisa su cuenta varias veces al día. Para Tanya, que ya tiene cerca de cuarenta mil seguidores en la red, la aplicación es “el foco más grande de inspiració­n para los fashionist­as de todo el mundo”. Entre sus cuentas seguidas, más de quince tiendas online que resultan ser más activas en Instagram que en su web. Que estas tiendas y cualquier otra puedan vender directamen­te desde la aplicación, sin duda, “puede convertir a Instagram en la red social más seguida”, ya que tendrá prácticame­nte todo aquello que se le pide.

Otra estudiante de moda, Angels Pitarch (@angelspita­rch), recuerda que se inició en el uso de esta red social gracias a la aplicación de ltros que permitía mejorar sus capturas, aunque, desde entonces, su manera de hacer “ha cambiado muchísimo, con el tiempo he ido encontrand­o mi estilo, y al final aprendes a ver cuándo hay una luz o un encuadre que realmente quieres re ejar”. Como estudiante de moda, “abrir Instagram, es como leer la prensa: me permite estar informada al instante de todo lo que necesito, además de inspirarme”. Pitarch concluye: “Todo el mundo tiene algo que contar, sólo hay que saber encontrarl­o”.

Inmediatez, democratiz­ación, igualdad, comunicaci­ón, personalid­ad, estilo, necesidad de expresarse o darse a conocer, voluntad, streeming, herramient­as que hacen la vida más fácil... en el mundo de la tecnología, las tendencias no quedan al margen, y son las un claro ejemplo de ello. días, pierdo seguidores”. Redes sociales que exigen inmediatez y actualizac­iones casi a diario, y obligan al poseedor de la cuenta a reinventar­se y no sólo dedicarse a su profesión, sino a crear contenido su ciente como para mantener su nivel de popularida­d y, a ser posible, incrementa­rlo. pero esta difusión puede tener una repercusió­n aún mayor gracias a los hashtags, las etiquetas precedidas de una almohadill­a (#), que permiten identi car la imagen con una serie de palabras “clave” y sirven como motor de búsqueda. Así, cualquiera que quiera navegar en Instagram a través del hashtag #080bcnfash­ion podrá encontrar el sinfín de imágenes subidas por la cuenta o - cial del certamen o por la multitud de usuarios que etiquetan sus capturas para que puedan ser halladas más fácilmente.

Instagram permite que la frontera que separa lo profesiona­l de la práctica amateur quede, en realidad, prácticame­nte desdibujad­a en una na línea que cualquiera puede traspasar. Jordi Pou (@jordivpou_), reputado fotógrafo profesiona­l, también se sirve de Instagram y otras redes sociales, ya que las considera herramient­as del todo útiles para dar a conocer sus trabajos y, sin duda alguna, seguir aprendiend­o y creciendo como fotógrafo. El retrato de lo cotidiano ha cobrado fuerza gracias al uso del smartphone y, según Pou, “la imagen ya forma parte intrínseca­mente de nuestro día a día, y eso es la auténtica revolución”.

Moda y redes sociales van de la mano. La velocidad a la que se mueven las redes y la altísima exigencia a la que están sometidas las cuentas más punteras queda patente en palabras de Krizia Robustella (@kriziarobu­stella), la que fuera ganadora única en las categorías de hombre y mujer en la séptima edición del 080 Barcelona Fashion (2011): “En Instagram es básico ser muy activo y crear contenido. El problema es que ahora mismo no puedo enseñar todavía lo que está por llegar, pero s i no subo alguna imagen en, quéé se yo , t rr ee ss Una de las novedades que traerá este 2015 respecto a Instagram es la posibilida­d de comprar directamen­te desde esta aplicación, sin necesidad de redirigirs­e a ninguna otra plataforma online, como hasta ahora venía pasando. Gabriella Pedranti, antropólog­a social y cultural y profesora del Istituto Europeo di Design (IED) de Barcelona, lo tiene claro: “Con respecto a las ventas a través de apps y redes sociales, quien encuentre la fórmula para hacerlo bien cambiará la historia de la publicidad y la comunicaci­ón. A muchas marcas todavía les cuesta entender que estamos en el siglo XXI, y que la estética de los banners publicitar­ios de los años noventa no funcionan en la actualidad. Hay que ir más allá”.

No hace falta navegar demasiado para encontrars­e con cuentas como las de Chiara Ferragni (@chiaraferr­agni), con más de tres millones de seguidores, o Alexa Chung (@ chungalexa), con un millón doscientos mil eles, a las que las marcas se rifan por convertirl­as en sus mejores embajadora­s.

Para Yerse (@yerse_moda), “actualment­e, no puede concebirse la moda sin las redes sociales, ya que son un canal más de distribuci­ón que el consumidor demanda, por lo que han llegado para quedarse”. Aún así, no todos son de la misma opinión, ya que aunque algunos, como Txell Miras (@txellmiras), valoran como algo positivo la apertura hacia otros modelos de consumo pero pre eren decantarse por el modelo más tradiciona­l: “Fuimos pioneros en montar una tienda online, pero decidimos cerrarla. Somos de la opinión que nuestrau ropa es mejor una vez que te la pruebas, y eso, ni redes sociales ni smartphone­s te lo permiten”.

Jaume Vidiella (@jaume_vidiella_ / www.jaumevidie­lla.com), para la que colabora como estilista en otra edición más del 080 Barcelona Fashion, dado que al tratarse de “una nueva comunicaci­ón fuera de lo o cial (des les y campañas), se pueden ver aspectos más íntimos y espontáneo­s, además de detalles del proceso creativo”, lo que acerca aún más al usuario a la marca.

Para Alejandra G. Remón (@ alejandrar­emon), Instagram es el medio a través del que comparte sus “inquietude­s o ideas de la manera que a mí me agrada, como soy...”. Y la acogida no podía haber sido mejor,jor, ya que mientras trabajaj como visual merchandis­ing y estudia un director de arte, editor y estilista de rmas y publicacio­nes de gran repercusió­n a nivel nacional e internacio­nal, es otro de los acérrimos defensores de Instagram ya que, gracias a esta aplicación, puede “ver cosas que realmente me interesan”, no como ocurre con otras redes sociales. En cuanto a su función como herramient­a de proyección, opina que puede ayudar a pequeños comerciant­es que suben a su cuenta los nuevos productos que les van llegando, por lo que los usuarios/ clientes pueden estar al ddía de las últimas novedades. Y, también, a las marcas, como Escorpión, rma

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