Pulso entre Atenas y Bruselas por la prórroga del rescate
Tsipras anuncia en el Parlamento griego el fin de la austeridad y rechaza las condiciones europeas El Eurogrupo quiere pactar con el nuevo Gobierno griego una hoja de ruta para evitar la bancarrota
Semana crucial para el futuro de Grecia en la zona euro. El Eurogrupo está dispuesto a negociar con Atenas nuevas condiciones para el retorno de la deuda, pero exige a cambio que el nuevo Go- bierno griego pida una prórroga del rescate. El nuevo primer ministro, Alexis Tsipras, rechazó ayer frontalmente esta condición y anunció el fin de la austeridad.
Grecia no aceptará ayuda financiera si va condicionada a la austeridad y si condena al país a un ciclo vicioso de deuda y pagos de intereses. Fue el mensaje de Alexis Tsipras, el joven primer ministro del partido antiausteridad Syriza, en su primera comparecencia ante el nuevo Parlamento griego anoche. Pese a no reivindi- car ya una quita sobre la deuda, Grecia no firmará la prolongación del programa de austeridad vigente con los acreedores europeos y prescindirá de los créditos del mismo programa.
“El Gobierno no puede pedir una prolongación porque sería la prolongación de sus errores”, dijo Tsipras en referencia al programa de la troika que termina el próximo 28 de febrero, y con ello, la posibilidad de que Grecia acceda a un crédito por 7.200 millones de euros. “Es la decisión irrevocable de nuestro Gobierno de respetar el mandato del pueblo griego y negociar el fin de la austeridad”. “Grecia quiere seguir con el servicio de su deuda, pero no puede hacerlo si se le obliga a adoptar políticas de austeridad”, añadió.
Son palabras valientes de un primer ministro que se siente respaldado en su reto a las potencias europeas por los últimos sondeos, según los cuales el 72% de los griegos rechaza la austeridad como vía para pagar la deuda.
Tsipras se comprometió a “poner fin la extrema explotación de los trabajadores”. “La prioridad es afrontar las grandes heridas que ha provocado el rescate y la crisis humanitaria causada por la austeridad”, dijo, en referencia a cientos de miles de griegos que viven ya en condiciones de pobreza. El Estado se compromete a ofrecerles alimentos y electricidad gratis.
Asimismo, el primer ministro reiteró dos medidas muy populares y contrarias a los dictados de la troika: el salario mínimo subirá hasta alcanzar los 751 euros en el 2016, y las rentas anuales inferiores a los 12.000 euros quedan exentas de pagar impuestos.
Estas medidas, sin embargo, no pueden eludir la inapelable realidad exterior. Sin apoyo, Grecia pueda quedarse sin fondos para financiar las actividades básicas del Estado en las próximas semanas. Esta preocupación fue expresada por el ministro de Economía, Giorgios Stathakis, al Wall Street Journal ayer, aunque Sta- thakis luego desmintió la información.
Según reconoció un alto cargo del Gobierno en una conversación con La Vanguardia el viernes, Syriza ha descubierto un agujero fiscal por 2.000 millones de euros debido al colapso de la recaudación tributaria en diciembre y enero.
Tsipras anunció en su discurso la creación de una nueva fuerza de choque en el Ministerio de Fi-
AYUDAS El Estado distribuirá alimentos y ofrecerá electricidad gratis a los más pobres
LA TROIKA NO LO PERMITÍA El salario mínimo subirá gradualmente hasta alcanzar los 751 euros en el 2016
OTRA MEDIDA ANTITROIKA Las rentas inferiores a los 12.000 euros anuales no pagarán impuestos
nanzas para investigar “la evasión fiscal a gran escala mostrada en las listas de Liechtenstein y otras”. Pero cuesta imaginarse que una lucha intensificada contra la evasión tributaria de la élite griega pueda dar resultados suficientemente pronto.
El Gobierno mantiene que puede aguantar siempre y cuando se admita la creación de un puente de financiación para tener espa- cio fiscal hasta junio, según dijo Tsipras. Este puente se basaría en la emisión de deuda a corto plazo que sería comprada por bancos griegos –siempre que tengan liquidez proporcionada por el BCE–, así con la devolución de 1.900 millones embolsados por el BCE en sus operaciones de compra de deuda griega en el 2010.
Pero el BCE dio señales el miércoles de que no quiere financiar a Grecia sin que llegue a un acuerdo con sus socios europeos.
El Parlamento aprobará con toda seguridad el programa antiausteridad antes del martes en preparación para la reunión clave del Eurogrupo el próximo miércoles en Bruselas, cuando Tsipras intentará convencer a los países acreedores de permitir la financiación puente.
No se sabe todavía exactamente qué concesiones hará Tsipras de cara a la reunión en Bruselas, si es que hace alguna, porque, a tenor de lo anunciado ayer, es difícil que renuncie a las medidas antiausteridad contenidas en su programa electoral, las que más ampollas han levantado en Berlín y Bruselas.
Los 3.500 funcionarios públicos –principalmente, señoras de la limpieza y policías municipales– “despedidos de manera totalmente arbitraria” recuperarán sus empleos.
La medida se compensará por la reducción del número de nuevos funcionarios que se contratarán en los próximos años, según el plan acordado por el gobierno anterior.
Un equipo del Departamento del Tesoro de EE.UU. ha llegado a Atenas para ayudar a diseñar las reformas de Tsipras, otra se- ñal de una colaboración de Estados Unidos con el Gobierno de Syriza. Según fuentes de la Administración Obama citadas en el Financial Times, EE.UU. ya está presionando a la zona euro para que haga concesiones en las negociaciones con Grecia.
Tsipras convocó a los ministros de su Gobierno el viernes para buscar formas de abaratar las medidas prometidas en el programa electoral. Según fuentes del Ejecutivo, se trataba de bajar el coste de las medidas hasta la mitad: de los 12.000 millones de euros a 6.000 millones.
Tsipras, eso sí, anunció ayer una nueva medida de austeridad: ya no habrá coches con chófer para los ministros.