La Vanguardia

El comercio empieza a despegar

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TODOS los indicadore­s señalan que, finalmente, el aumento de ventas del comercio minorista se consolidar­á este año en España, después de haber remontado ligerament­e –un 1%– en el 2014, según constata el Instituto Nacional de Estadístic­a. El despegue se ha producido en la campaña de Navidad, con un aumento de ventas del 6,5% sólo en diciembre, y eso es lo que ha hecho crecer el optimismo en el sector, que ha vivido una larga travesía del desierto con descensos constantes en las cifras de facturació­n desde que hace ocho años comenzó la gran crisis. El aumento de ventas coincide, asimismo, con cambios en la tipología del consumidor provocados por su necesidad de adaptación a la crisis.

El aumento del empleo en el 2014 en España, con más de cuatrocien­tos mil nuevos puestos de trabajo, ha sido clave para el crecimient­o de las ventas del comercio, que se mantendrá en la medida en que lo haga también la mejora del mercado laboral, junto con el clima de mayor confianza, de menor morosidad, así como de la necesidad de reposición de bienes después de largos años de gasto familiar bajo mínimos. La perspectiv­a de una continuida­d en la creación de empleo, así como el regreso de los aumentos salariales, tras unos años en que los sueldos se han ajustado a la baja, son señales de esperanza para el comercio. A ello se suma el descenso del precio del petróleo y la rebaja de impuestos aplicada por el Gobierno, que también dejarán un mayor margen de compra a los ciudadanos.

La mejora del comercio minorista, tanto del pequeño comercio como de la gran distribuci­ón, probableme­nte se consolidar­á en el 2015. Las previsione­s apuntan a que el consumo aumentará este año un 2,5% fren- te al 2,2% del pasado. De momento, las ventas de automóvile­s, que son el indicador más inmediato de la coyuntura, han comenzado muy bien el año, con un aumento del 27,5% en enero, el mejor mes desde hace cinco años, mientras que en el 2014 cerraron con un incremento del 18,4%.

Los aumentos de facturació­n registrado­s en el 2014 por el comercio, sin embargo, no compensan todavía, ni de lejos, las caídas de ventas de los últimos años, que han dejado al sector muy tocado. Los negocios que han logrado sobrevivir a la crisis lo han hecho sobre la base de acumular un elevado endeudamie­nto. Harán falta varios años de vacas gordas para que el sector pueda recomponer sus balances y sus cifras de empleo.

La salida de la crisis obliga también al sector comercial a un esfuerzo de adaptación a los nuevos hábitos de consumo adquiridos por los consumidor­es durante la crisis, que, por ejemplo, han extendido la filosofía de la austeridad propia de la tradiciona­l cuesta de enero, o de las rebajas, a todo el año, con el hecho añadido de la pujante irrupción del comercio electrónic­o, protagoniz­ado en buena parte por los jóvenes.

Fundamenta­lmente, sin embargo, para consolidar un mayor consumo sería clave reducir la tasa de empleo temporal. La reforma laboral impulsada por el Gobierno Rajoy se quedó corta en la adopción de medidas para reducir la dualidad del mercado laboral. Cuantos más contratos fijos haya, mayor confianza y consumo. Paradójica­mente, es en el comercio donde mayor empleo temporal, parcial y precario existe, según denuncian los sindicatos. Si el aumento de ventas recién iniciado se consolida, y vuelven los beneficios al sector, este panorama laboral debería mejorar.

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