Primeras llamadas para Saul
SERIES ‘Better call Saul’, el esperado ‘spin-off’ de ‘Breaking bad’, espera gustar a público y crítica como su antecesora
Ha llegado la hora de que Saul Goodman empiece a descolgar su teléfono. Dieciséis meses después de decir adiós a la multipremiada Breaking bad, los espectadores podrán regresar a los paisajes desérticos de Nuevo México y reencontrarse con uno de sus secundarios más carismáticos: Saul Goodman, el estrafalario abogado interpretado por Bob Odenkirk. Better call Saul, cuyos dos primeros episodios llegan hoy y mañana en exclusiva a Movistar Series tras su estreno un día antes en Estados Unidos, es una de las ficciones más esperadas desde que Vince Gilligan, creador de Breaking bad, y Peter Gould, guionista y productor, confirmaran que se rodaría una secuela, en este caso precuela.
La sombra de Breaking bad planeará inexorablemente sobre la nueva ficción. La odisea sobre el profesor de química con cáncer terminal que se dedica a cocinar y vender metanfetamina para asegurar el futuro económico de su familia suele disputar con Los Soprano y The wire la primera plaza en las listas de mejor serie de todos los tiempos. Los espectadores suelen ser reacios a los spin-off porque acaban fracasando, aunque hay excepciones que igualan o superan al original, como Frasier, surgido de Cheers. El reto de
Better call Saul será recrear el universo de su antecesora y lograr al mismo tiempo tener personalidad propia. Las primeras impresiones recibidas es que lo ha conseguido. La confianza de la cadena AMC es absoluta y ya la han renovado antes de su estreno para una segunda entrega de trece capítulos (la primera sólo consta de diez).
El personaje de Saul Goodman apareció en el octavo capítulo de la segunda entrega de Breaking bad, que se titulaba precisamente
Better call Saul, una premonición. Iba a ser una pequeña intervención, pero gustó tanto que se convirtió en personaje regular. En ese episodio, Walter White y Jesse Pinkman, los personajes de
Bryan Cranston y Aaron Paul, acudían a Saul en busca de sus servicios de abogado ya que un camello amigo de Jesse había sido detenido. Better call Saul (“Mejor llama a Saul”) era el lema de su empresa y servía de reclamo en los hilarantes spots publicitarios que protagonizaba el propio Saul.
El spin-off precuela traslada la acción seis años antes de Breaking bad, cuando Saul era un abogado de poca monta llamado Jimmy McGill. Además de Saul, la serie recupera otro secundario de lujo: el investigador privado y/o solucionador de problemas Mike Ehrmantraut (Jonathan Banks). Entre los nuevos personajes destaca Chuck (Michael McKean), el her- mano mayor de Saul, un abogado de éxito que es su referente; Howard Hamlin (Patrick Fabian), que dirige un bufete de abogados y al que Saul no puede soportar, y Kim Wexler (Rhea Seehorn), una vieja conocida de Saul que trabaja en el bufete de Hamlin.
Vince Gilligan y Peter Gould señalan que “Better call Saul empezó como una broma que teníamos en el plató de rodaje de Breaking bad pero poco a poco fue tomando cuerpo y al final se ha hecho realidad”. Para ellos, la nueva ficción “no es sólo una precuela necesariamente. Igual que en Breaking bad nos hemos permitido ser muy flexibles con el manejo temporal”. A pesar de que Saul solía ser el alivio cómico de Breaking bad, Odenkirk asegura que en este caso la proporción será “un 80% de drama y un 20% de comedia” y confía en que la gente la vea “con mentalidad abierta, con el deseo de ver algo nuevo”. El actor, que estuvo a punto de rechazar el papel para no alejarse de su familia, asegura que se repiten “algunas técnicas narrativas que ya utilizaba Breaking bad”. “Vince y Peter son expertos en giros de guión y han creado momentos de gran suspense”. Y un aviso para los fans: “Los últimos cinco segundos del primer capítulo son del estilo de Breaking bad”. Estén preparados.