La Vanguardia

La zona euro y Atenas negocian una hoja de ruta para evitar la bancarrota

El Eurogrupo, dispuesto a hablar si Grecia pide antes una prórroga del rescate

- BEATRIZ NAVARRO

Bruselas será el escenario esta semana de dos reuniones clave para determinar si el futuro de Grecia sigue dentro del euro o si empieza a deslizarse por una pendiente que puede acabar en bancarrota: un Eurogrupo en el que sus socios europeos le presionará­n para que pida una prórroga del actual rescate y ataje así las dudas de los mercados sobre sus posibilida­des de financiars­e más allá del 28 de febrero, fecha en que expira, y una cumbre en la que Alexis Tsipras –si mañana gana el voto del confianza del Parlamento griego– se dará a conocer por primera vez ante todos los dirigentes de la Unión.

El acuerdo se antoja aún más complicado desde ayer por la noche, cuando Tsipras presentó al Parlamento griego su programa de gobierno y dejó claro que no piensa pasar por el aro. La prioridad para la zona euro en estos momentos es pactar una hoja de ruta con Atenas en que quede claro que la bancarrota no es una opción, demostrar “que hay un proceso, un camino por recorrer juntos, puntos en común”, explican fuentes europeas; “se trata de poner un poco de serenidad en el debate” y ganar tiempo.

El primer punto de la hoja de ruta ideal del Eurogrupo es que Atenas pida una prórroga del rescate y así se lo plantearán el miércoles los ministros de Finanzas a su flamante colega griego, Yanis Varufakis. A cambio, se compromete­rían a negociar un nuevo rescate (está por ver si blando, como se pensaba en diciembre, o si completo porque la situación financiera griega lo exige). Varios gobiernos europeos se declaran abiertos a revisar los términos de devolución del dinero prestado (alargando plazos de devolución, rebajando intereses), pero sólo si Atenas no se sale de lo pactado.

Tsipras se comprometi­ó ayer a no solicitar la prórroga de un programa que, a su juicio, ha llevado al país a la ruina. “El nuevo Gobierno no tiene derecho a pedir una ampliación del rescate, no puede pedir que se prorroguen los errores”, afirmó, al tiempo que imploraba a sus acreedores “un crédito puente” hasta junio, para cuando espera una solución europea, aduciendo que el anterior gobierno le dejó “con las manos atadas”. La zona euro se opone tajantemen­te a tal arreglo. Lo que le piden es prorrogar el rescate actual no para cumplir sus con- diciones pendientes sino para “suscribir el proceso y dar una señal positiva que permita a las dos partes seguir hablando” mientras negocia “ese rescate ideal”, made in Syriza, que Tsipras desearía, explican fuentes europeas.

Los llamamient­os a las soluciones imaginativ­as se suceden, pero la posibilida­d de que la petición de una prórroga del rescate o un sucedáneo desemboque en una crisis política en Atenas es alta. La situación interna griega hace arriesgado fiar todo a los eufemismos. En Bruselas pueden hacer avanzar la negociació­n; en Atenas, dinamitarl­a. Algunos sectores de Syriza (literalmen­te, coalición de izquierda radical) ya han llamado la atención a Tsipras por dar marcha atrás en varios puntos de su programa, y el partido Griegos Independie­ntes, elegido como socio de gobierno, defiende posiciones aún más duras.

Otro punto clave de la negociació­n del miércoles será la situación financiera de Grecia. Para sus socios europeos dista mucho de ser clara, pero presumen que ha empeorado en los últimos meses con la caída de la recaudació­n fiscal (muchos griegos dejaron de pagar ciertos impuestos a la espera de que Syriza los anulara) y puede agravarse por algunas de las medidas recién adoptadas (suspensión de privatizac­iones, subidas en determinad­as pensiones, contrataci­ones) y el cierre del grifo de financiaci­ón exterior del BCE. El tiempo juega en contra de Grecia. Los analistas de Unicredit creen que el país podría quedarse sin fondos en marzo, y Tsipras, implícitam­ente, ha admitido que necesita dinero ya. Lo que Atenas reclama es poder emitir letras a corto plazo sin límite para financiars­e unos meses, aunque sea a mayor precio, mientras negocia una solución.

En su gira de presentaci­ón por Roma, Bruselas y París, Tsipras cosechó algunos apoyos a sus demandas de cambiar el rumbo de la política económica europea, pero ninguno a sus exigencias de obtener una quita nominal de la deuda, una conferenci­a para reestructu­rarla o un programa puente. Lo primero, se le ha dicho, es no desviarse de los compromiso­s adquiridos. Sólo cuando esto quede claro, la zona euro está dispuesta a negociar la parte que le interesa a Atenas: otra política económica, una tutela exterior menos asfixiante que la troika y cierto alivio de la deuda.

L A PO S I C I Ó N D E LO S SO C I O S Varios países están abiertos a revisar los términos de devolución de la deuda

PR E S I Ó N FI N A N C I E R A

El nuevo Gobierno admite que necesita financiaci­ón y pide emitir más letras

 ?? YANNIS KOLESIDIS / EFE ?? El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis (ayer en el Parlamento griego), se reúne el miércoles con sus homólogos en el Eurogrupo
YANNIS KOLESIDIS / EFE El ministro de Finanzas, Yanis Varufakis (ayer en el Parlamento griego), se reúne el miércoles con sus homólogos en el Eurogrupo

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