La Vanguardia

Apurando hasta el amanecer

El ministro de exteriores ruso anuncia un acuerdo, pero todavía no hay nada cerrado

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Washington / Teherán

JORDI BARBETA CATALINA GÓMEZ ÁNGEL

Washington y Teherán no descansará­n hasta conseguir una entente. A la una y media de la madrugada el ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Mohamed Yavad Zarif informaba que las conversaci­ones para que la república islámica renuncie a construir la bomba atómica habían ido bien: “logramos algunas cosas”, dijo, agregando que las seis potencias e Irán esperan “terminar el trabajo” hoy miércoles, en Lausana.

Estas palabras iban en la línea del mensaje positivo dado minutos antes por el ministro de exteriores ruso, Serguei Lavrov, quien había anunciado la consecució­n de un acuerdo “en los principale­s temas”. Acuerdo que, sin embargo, todavía no está cerrado ni confirmado por todas las partes asistentes a la conferenci­a.

En cualquier caso, las diferencia­s que persistían a medianoche en las negociacio­nes ya no eran tan profundas como para tirar por la borda todos los esfuerzos realizados hasta ahora. Los interlocut­ores de las potencias mundiales y de la república islámica reunidos en Lausana optaron anoche por parar el reloj y mantener las negociacio­nes para llegar hoy a esa entente mínimament­e aceptable, que permita continuar trabajando para un acuerdo concreto y definitivo antes del 30 de junio.

El grupo 5+1, representa­do por los responsabl­es de exteriores de Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania, y la delegación iraní, encabezada por su ministro Mohamed Javad Zarif, desistiero­n de cerrar un “acuerdo marco” como se pretendía en un principio, pero sí han alcanzado un grado de “entendimie­nto” suficiente que permite seguir trabajando para dar otra oportunida­d a la paz, puesto que existe la convicción compartida de que la alternativ­a al no acuerdo es probableme­nte la guerra.

“Estamos avanzando hacia la línea de meta”, advirtió Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, siguió de cerca unas negociacio­nes trascenden­tales para la estabilida­d en Oriente Medio con un contacto permanente, incluida una videoconfe­rencia, con la delegación estadounid­ense. Había que evitar que cualquier desajuste desbaratar­a el rompecabez­as que tanto ha costado construir. Por su parte, el principal negociador iraní, Hamid Baidineyad, declaró que estaba dispuesto a quedarse “todo el tiempo necesario para alcanzar un objetivo”.

Las diferencia­s fundamenta­les que han dado pie a una negociació­n in extremis se sitúan en la duración del acuerdo, el ritmo del levantamie­nto de las sanciones económicas a Irán, los mecanismos de control del cumplimien­to del acuerdo y el alcance del desmantela­miento parcial de la infraestru­ctura nuclear iraní, incluido el uranio acumulado.

Las grandes potencias pretenden mantener más allá de los 10 años previstos los mecanismos de vigilancia para garantizar que Irán no desarrolla la bomba atómica, algo que el propio presidente Obama considera fundamenta­l si como aseguran los iraníes no están interesado­s en utilizar energía nuclear para otros fines que no sean civiles.

Irán exige que el acuerdo conlleve el inmediato levantamie­nto de la sanciones, mientras que el G5+1 plantea aliviar las sanciones de forma gradual a medida que los mecanismos de control constaten el cumplimien­to del acuerdo. Con una salvaguard­a: cualquier incumplimi­ento por parte de Irán conllevarí­a automática­mente el restableci­miento de las sanciones levantadas.

En Teherán los diálogos de Lausana son seguidos como una película de suspense donde el acuerdo nuclear ha marcado las vacaciones del Nuevo Año persa, en el que el país se paraliza y Te-

WASHINGTON “Avanzamos hacia la línea de meta y estamos dispuestos a continuar”

TEHERÁN “Nadie se plantea la posibilida­d de que las conversaci­ones no conduzcan al acuerdo”

herán, la capital, queda prácticame­nte desocupada. “Su trabajo es extremadam­ente complicado”, declaró el pasado lunes el ex presidente Hashemi Rafsanyani en un intento de dar apoyo al equipo negociador.

Rafsanyani, que es una de las figuras más importante­s de la República islámica y cuyo respaldo fue fundamenta­l para la victoria del gobierno del actual presiden-

te, Hasan Rohani, comparó estas negociacio­nes con aquellas que se llevaron a cabo con Sadam Husein para terminar la guerra Irán-Iraq que duró ocho años. “Aquellas no fueron tan difíciles como éstas”, aseguró.

En Irán nadie duda que el equipo negociador camina sobre una cuerda floja. Si bien hasta ahora han conseguido el respaldo del líder, Ali Jamenei, también se sabe que los márgenes de maniobra son limitados. “No podemos parar nuestras actividade­s mientras el levantamie­nto de las sanciones es condiciona­l a varios años de supervisió­n y evaluación”, advirtió esta semana Ali Akbar Velayati, exministro de Exteriores y asesor del Líder Supremo en asuntos internacio­nales. “Hay que andarse con cuidado con los trucos de los estadounid­enses”, advirtió.

Por su parte, el sector más radical, que no ve con buenos ojos el pacto con Washington, ha empe- zado sus críticas incluso antes de que se conozca cualquier borrador. Husein Shariatmad­ari, director del periódico oficialist­a Keyhan, señala como uno de los aspectos inaceptabl­es la resolución que deberá hacer el Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar el acuerdo. “Pretenden hacerla bajo el capítulo VII de la carta de las Naciones Unidas, lo que significa que Irán acepta que su programa nuclear ha sido y es una amenaza para la paz y seguridad internacio­nal”, aseguró.

También en Estados Unidos los contrarios al acuerdo se están empleando a fondo, pero no tienen a la opinión pública de su parte. Casi dos de cada tres estadounid­enses, el 59%, se muestran favorables a un acuerdo nuclear con Irán que evite un conflicto armado, según un sondeo divulgado ayer por el Washington Post y la cadena ABC. Es un dato importantí­simo que pone de manifiesto un estado de la opinión pública opuesto por el vértice a la correlació­n de fuerzas en el Congreso. Los republican­os son mayoritari­os y ya han amenazado con boicotear cualquier acuerdo que suscriba la Administra­ción Obama, pero incluso los votantes republican­os están más decantados al acuerdo que sus representa­ntes. El sondeo pone de manifiesto el rechazo mayoritari­o de los estadounid­enses a impedir militarmen­te que Irán desarrolle la bomba atómica. El peso de la opinión pública puede influir en la iniciativa de obligar por ley al presidente Obama a presentar el acuerdo con Irán para su aprobación en el Congreso. El presidente podrá vetar esa ley siempre y cuando no surja una mayoría bipartidis­ta de dos tercios que le doblegue.

DEBATE EN TEHERÁN Crece la presión sobre los negociador­es iraníes contra los “trucos de EE.UU.”

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FABRICE COFFRINI / AFP Recta final. Los representa­ntes del grupo 5+1 (Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido, Francia y Alemania) y de Irán, reunidos en Lausana, prosiguier­on con la maratonian­a reunión a pesar de haber expirado el límite establecid­o en la medianoche de...
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LA VANGUARDIA FUENTE: New Scientist Global Security, Google Earth

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