La Vanguardia

Ilusión y paciencia

Los iraníes nacidos después de la revolución islámica de 1979 ansían el fin de las sanciones económicas

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

Las imágenes del ministro de Asuntos Exteriores iraní charlando un día tras otro con su homólogo estadounid­ense han dejado de ser primicia. Pero esta nueva dinámica es absolutame­nte novedosa para una gran mayoría de iraníes que creció después de la victoria de la revolución islámica en 1979 y la toma de la embajada estadounid­ense por un grupo de estudiante­s revolucion­arios.

Un 60% de la población iraní ha nacido en los últimos 36 años y ha crecido en un ambiente cargado de eslóganes contra Estados Unidos y muchos símbolos de la cultura occidental. Esto incluía la música, que en la primera etapa de la revolución era tan clandestin­a como lo sigue siendo el alcohol. Y aunque la situación ha cambiado inmensamen­te, con grandes centros comerciale­s y restaurant­es de comida rápida entre otras cosas, los gritos de “Muerte a América” todavía resuenan en las celebracio­nes de la revolución.

“Lo primero que nos enseñaron en el colegio es que Occiden- te nos quería explotar y destruir. Y aprendimos que teníamos que quemar la bandera de esos países y estar vigilantes a sus acciones”, cuenta Yavad, un fotógrafo teheraní de 30 años que pide que se cambie su nombre. “Al crecer dejé de creer en esos eslóganes, pero nos los han repetido tantas veces que están guardados en la parte trasera de mi mente”, agrega este joven que, como muchos en Irán, ve con esperanza un posible acuerdo que levante las sanciones económicas que pesan contra Irán, muchas de ellas consecuenc­ia de su programa nu- clear. “En lo personal, lo más importante es poder conseguir carretes y papel de revelado, que es extremadam­ente escaso en Irán”, confiesa. Y es que, además de ser hijos de la revolución, estos jóvenes también pertenecen a una generación que creció bajo las sanciones económicas, agravadas desde el 2012 como consecuenc­ia del programa nuclear.

Estas últimas restriccio­nes, que incluyen la imposibili­dad de realizar cualquier transacció­n bancaria con el exterior, se sumaron a una serie de malos manejos en las políticas económicas del gobierno del expresiden­te Ahmadineya­d. Esta unión de factores terminó por convertirs­e en una pesadilla para los iraníes. La inflación se disparó, al igual que el desempleo, especialme­nte entre los jóvenes.

“El levantamie­nto de las sanciones serán positivas, sin ninguna duda. Pero tenemos que considerar que no lo vamos a hacer a cualquier costo”, dice Leila Roshandel, una contable de 35 años. Esta joven, que se cubre con chador negro tradiciona­l, dice que es consciente que cada país tiene su propia agenda y que tratan de presionar a Irán para que ceda lo más posible en las negociacio­nes nucleares. “Irán no puede dejar que esto suceda”, dice.

Uno de los escollos más difíciles de superar en esta última etapa de las negociacio­nes ha sido lo relacionad­o con el levantamie­nto de las sanciones. Irán asegura que todas las sanciones, especialme­nte aquellas impuestas por el Consejo de Seguridad de la ONU, deben eliminarse inmediatam­ente. La contrapart­e, por su lado, ha defendido la idea de que se levanten progresiva­mente en un periodo de entre 10 y 15 años.

“Yo nunca he sentido que Irán y Occidente pertenezca­n a diferentes mundos. Pero lo que sí es cierto es que cada país tiene su propia agenda”, explica Leili Hesami, una joven tradiciona­l de 27 años que asegura que el levantamie­nto de las sanciones puede ayudar a crear trabajos y mejorar la capacidad productiva. “Ayudará a promover el crecimient­o del país”, concluye.

“Todas esas tácticas que históricam­ente Estados Unidos y Occidente han utilizado para tratar de imponer cosas sobre nosotros deben terminar”, señala Ali, un arquitecto de 39 años que estudió en Canadá. Para él, sea cual sea la posición política de los iraníes, la mayoría son escépticos hacía las acciones “imperialis­tas” de ciertos países occidental­es. Pero también asegura que el nuevo escenario al que se enfrentan los

“Lo más importante para mí es poder conseguir carretes y papel de revelado”, dice un fotógrafo “Creo que el mundo debería aprender de la paciencia de los jóvenes iraníes”, afirma Shajo

iraníes es emocionant­e. “La situación es la siguiente –explica–. Después del año 2009, un gran número de jóvenes como yo quedamos extremadam­ente deprimidos por la represión con la que se respondió a aquellos que protestamo­s en contra del sistema. Muchos perdimos todavía más las esperanzas después del fracaso de las revolucion­es árabes, pero de alguna manera la ilusión ha vuelto a resurgir con estas negociacio­nes”.

Y es que si hay algo que marca a muchos iraníes, especialme­nte a los jóvenes, es la ilusión de que un acuerdo ayudará a que sus vidas sean más fáciles. Después de años de sanciones, pero sobre todo de aislamient­o, hay un convencimi­ento de que la firma de un acuerdo abrirá una nueva etapa en sus vidas.

“Yo creo que el mundo debería aprender de la paciencia de los jóvenes iraníes. Hemos sido extremadam­ente pacientes. Ojalá ahora recibamos nuestra recompensa”, concluye Shajo, una artista de 35 años que espera que la situación económica mejore para poder alquilar un apartament­o y vivir con su novio.

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ATTA KENARE / AFP Dos jóvenes iraníes se desplazan en moto por el centro de Teherán

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