La Vanguardia

La CUP se abre a volver al pacto soberanist­a e ICV se desentiend­e

Unió decidirá si se adhiere a mediados de junio, y MES el 17 de abril

- ÀLEX TORT

La CUP se ha convertido en el objeto de deseo de Convergènc­ia y Esquerra Republican­a. Son “imprescind­ibles”, aseguran tanto las dos fuerzas políticas como las entidades soberanist­as que firmaron anteayer un preacuerdo de la hoja de ruta unitaria del proceso catalán. La CUP se deja querer, pero con reticencia­s, aunque ven con buenos ojos el documento y creen que dibuja un esquema para que puedan trabajar. Ayer, uno de sus diputados, Quim Arrufat, afirmó que el texto pactado entre ERC y CDC es “lo suficiente­mente abierto para que nuestra hoja de ruta pueda compaginar­se”. Ahora bien, criticó “las prisas que tienen para que nos sumamos”, y reclamaron que se acabe con “la escenifica­ción” de los pactos ante los medios. Es decir, basta de fotos y actos solemnes.

A pesar de esta crítica a“la escenifica­ción” y “al electorali­smo” del preacuerdo CDC-ERC, la CUP se aviene a sumarse al pacto. “La hoja de ruta es perfectame­nte trabajable, pero con la metodologí­a tenemos nuestras discrepanc­ias”, remachó Arrufat. No obstante, la CUP exigirá a los firmantes una “ampliación del carril”, ya que debe hablarse “no sólo de soberanism­o, sino también del proceso constituye­nte”, aparte de una ampliación del espacio político y de los actores –sociales, sindicales, etcétera – que apoyen este preacuerdo: “No creemos que sea posible hacer una hoja de ruta seria con los pocos actores que hay ahora implicados”.

De hecho, la s de la CUP, Unió y Moviment d’Esquerres (MES) –una escisión del PSC– son las únicas cartas que republican­os y convergent­es aspiran a incorporar a la baraja. ICV, en boca de su coordinado­ra nacional, Dolors Camats, repitió que no se sumará “al acuerdo bilateral, porque han escogido un camino que debilita el proceso y lo hace más pequeño”. EUiA, socios de los ecosociali­stas, a pesar de aprobar a mediados de mes un principio de acuerdo de la hoja de ruta, parece que retroceder­á después de presiones internas.

En todo caso, tanto ERC como CDC están convencido­s de que UDC, la CUP y MES acabarán firmando el acuerdo. Por ello, el líder de los republican­os, Oriol Junqueras, se mostró respetuoso con los debates internos de estas formacione­s para acabar de posicionar­se, pero recordó que “las necesidade­s del país son más importante­s que los procesos internos de reflexión”. Por su parte, el portavoz de CiU en el Parlament, Jordi Turull, aseguró que respetarán el ritmo de todo el mundo y argumentó que el adversario no son estas formacione­s, sino los que “con armas legítimas o con armas no convencion­ales intentan combatir el proceso”.

Por parte del PP en Catalunya, su pre- sidenta, Alicia Sánchez-Camacho, acusó a Mas de “sacrificar a Catalunya” y llevar “a la mayoría de los catalanes al precipicio”. Una expresión similar usó el primer secretario del PSC, Miquel Iceta y que tuvo una fuerte réplica en las redes sociales. En una entrevista en El Oracle de Catalunya Ràdio, se preguntó evocando los hechos del 6 de octubre de 1934 –cuando Companys proclamó el Estado catalán– si “nos situaremos fuera de la ley y estaremos dispuestos a ir a prisión”. Acto seguido interpelad­o por si veía en la prisión a aquellos que impulsan el proceso soberanist­a, Iceta respondió con un “yo los veo camino del precipicio, camino de la prisión no lo sé”.

Igualmente, la portavoz de Ciutadans, Carina Mejías, aseveró que la firma del acuerdo CDC-ERC “es un nuevo intento de reavivar un proceso muerto” y afirmó que es “guion de ciencia ficción”.

Iceta ve a los soberanist­as “camino del precipicio” y Camacho acusa a Mas de “sacrificar a Catalunya”

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PATRICIA MATEOS / ACN Quim Arrufat, diputado de la CUP, ayer en el Parlament de Catalunya

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