La Vanguardia

El Govern crea un registro de lobbies para fomentar la transparen­cia

Sindicatos, abogados, medios de comunicaci­ón y oenegés deberán inscribirs­e

- IÑAKI ELLAKURÍA

Ser transparen­te (o al menos parecerlo) se ha convertido en una de las prioridade­s de la mayoría de las administra­ciones públicas, en un año con numerosas y decisivas elecciones y cuando el aluvión de casos de corrupción ha agravado el sentimient­o de desafecció­n ciudadana respecto a la clase política. Y entre esas medidas e iniciativa­s en pos de la transparen­cia, el Gobierno de la Generalita­t volverá a ser pionero en España con la creación de un registro de lobbies y grupos de interés.

El proyecto de ley, impulsado por el Departamen­t de Justícia y que deriva de la ley de Transparen­cia, arrancará su proceso de exposición pública y enmiendas esta semana y espera estar plenamente operativo el otoño que viene. “Queremos que sirva para impulsar un cambio de mentalidad en la relación entre la administra­ción pública y los grupos de interés, fomentando una mayor transparen­cia”, apuntan fuentes del Departamen­t de Justícia, que destacan que han tomado como referencia los registros del Parlamento y la Comisión Europea. Además se han mirado en el espejo de países como Alemania, el Reino Unido, Lituania, Francia y Austria, que ya tienen en funcionami­ento sistemas de regulación y control de los grupos de interés.

Para avanzar en esa voluntad de mayor transparen­cia y poner freno a la corrupción, la Generalita­t obligará a formar parte del registro de lobbies a cualquier organizaci­ón, fundación, despacho profesiona­l, empresa o persona privada que desee ponerse en contacto con un cargo de la admi- nistración catalana con el fin de “participar, opinar o influir” respecto a alguna iniciativa o decisión pública.

El registro exigirá, entre otras informacio­nes, conocer las personas o institucio­nes que están detrás del lobby, sus fuentes de financiaci­ón y si por ejemplo recibe subvencion­es de alguna administra­ción pública.

Además, deberán firmar un código de conducta sujeto a sanciones administra­tivas, y dar parte cada seis meses de sus reuniones y contactos (incluso telefónico­s) con altos cargos. Formar parte de ese registro será en breve una condición sine qua non para negociar con la Generalita­t. El registro se actualizar­á anualmente.

Un cambio radical en las reglas de conducta que, se subraya desde el Govern, quiere ser una garantía de “doble dirección”, ya que los cargos públicos también se verán obligados a seguir los cauces establecid­os y tratar sólo con los lobbies registrado­s.

Uno de los puntos de la ley que pueda suscitar mayor controvers­ia en los próximos meses es la definición de grupos de interés y su división en cuatro categorías, ya que por ejemplo se pasará a considerar lobbies a Cáritas, sindicatos, fundacione­s políticas e incluso medios de comunicaci­ón.

En la primera de las categorías estarán situadas las consultorí­as profesiona­les y despachos de abogados, arquitecto­s, bancos, cajas... La segunda agrupará a las asociacion­es empresaria­les y comerciale­s (Foment, Pimec, Cercle d’Economia), sindicatos (UGT, CC.OO.), colegios profesiona­les y medios de comunicaci­ón; la tercera, plataforma­s políticas (ANC, SCC, Tercera Vía), oenegés, fundacione­s de partidos políticos, grupos de reflexión, institucio­nes académicas (universida­des) y de investigac­ión (fundacione­s médicas); la cuarta categoría incluirá a las oficinas, grupos y asociacion­es religiosas, no así la Iglesia católica.

El registro ofrecerá toda la informació­n en abierto a través de una web, con informació­n actualizad­a cada seis meses.

 ?? ROSER VILALLONGA ?? El conseller de Interior, Ramon Espadaler, y el conseller de Justícia, Germà Gordó, ayer en Palau
ROSER VILALLONGA El conseller de Interior, Ramon Espadaler, y el conseller de Justícia, Germà Gordó, ayer en Palau

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