Barcelona casi doblará el espacio dedicado a los perros
Plan municipal a cuatro años para ampliar las áreas de recreo reservadas para mascotas
La ciudad de Barcelona cuenta actualmente con unos 30.000 metros cuadrados en áreas de diferente extensión especialmente aptas para que los perros correteen sueltos y puedan hacer sus necesidades. En cuatro años, se ampliarán estas áreas y se habilitarán otras mayores hasta sumar 22.500 m2 más. Esta es la previsión de un plan de mejora de las áreas de recreo para perros, un compromiso derivado de la ordenanza de tenencia de animales que entró en vigor en octubre del año pasado.
El alcalde Xavier Trias firmará en los próximos días un decreto estableciendo los sitios donde se harán nuevas zonas para perros, así como las condiciones técnicas que habrán de reunir. Es la primera fase de un plan de mejora por desplegar el próximo mandato. De momento, en este 2015 se de- dicarán unos 500.000 euros para redactar los proyectos ejecutivos de algunas de las mayores nuevas áreas. En el ejercicio 2016 se deberían dedicar unos seis millones de euros para poner estos sitios en las condiciones necesarias pa- ra su función, según una aproximación estimada por el concejal de Presidencia y Territorio, Jordi Martí. “Barcelona quiere ser más petfriendly (amiga de los animales) todavía”, dijo ayer Martí al presentar el plan de mejora.
El mapa de estas zonas de recreo canino, que se quiere también de ocio para quienes los pasean, ya está dibujado (véase la página siguiente). Si hoy hay un centenar de pequeños pipi-can y otras zonas más amplias en la ciudad, el despliegue del plan supondrá llegar a las 148 áreas.
Cada uno de los diez distritos de la ciudad acabará teniendo al menos una instalación de 700 m2 o más. Hay que tener en cuenta que hoy sólo hay seis áreas en Barcelona de esa extensión: dos en el Eixample, dos en SantsMontjuïc y dos en Sant Martí. La más extensa, con 3.300 m2 es la del parque Carles I, junto a la Vila Olímpica del Poblenou. Por el contrario, las tres áreas dedica- das a perros que hay en el distrito de Ciutat Vella suman sólo unos 900 metros cuadrados.
Los actuales pipi-can se mantendrán, porque siguen cumpliendo su función como espacio para que los animales defequen (y los humanos recojan los excrementos). Pero no se habilitarán nuevos espacios pequeños para esta función. Hace años que se abandonó esa línea y se optó por espacios más amplios, no sólo para defecar, sino para que los perros corran sueltos. Solo una parte de estos espacios más amplios se reserva para las necesidades fisiológicas de los animales, con suelo de albero y capas inferiores de material permeable.
Los nuevos espacios para perros son y serán más amplios. De las 148 áreas que habrá, 104 tendrán más de 150 m2, y 24 de ellas superarán los 700 m2, según el mapa elaborado por el área de Medio Ambiente y los distritos.
MAPA Cada distrito tendrá al menos una zona dedicada a los canes de más de 700 m2
INVERSIÓN El Ayuntamiento dedicará 6 millones el próximo año a los primeros proyectos
Cinco distritos ganarán áreas de 700 m2 o más, de las que hoy carecen. Son los de Ciutat Vella, Les Corts, Gràcia (en estos se ampliarán espacios ya existentes), Horta Guinardó, y Sant Andreu (se harán nuevos). Con el nuevo plan, la mayor zona para los perros será la de la estación del Nord, que se ampliará, triplicando su espacio hasta los 3.000 m2.
Otra gran zona será el espacio arbolado frente al polideportivo del parque de la Espanya Indus- trial, en Sants, donde ayer Jordi Martí presentó el plan.
El concejal calificó este proyecto como un “cambio de modelo radical” en la oferta de estas áreas “para que los perros puedan correr y socializarse mejor”. Señaló, sin embargo, que no ha sido posible encontrar nuevas ubicaciones lo suficientemente amplias en todos y cada uno de los barrios, debido a que la urbanización existente impide liberar extensiones apreciables.
Toda esta planificación responde a la ordenanza de protección, tenencia y venta de animales, aprobada en julio del 2014 y que entró en vigor en octubre del mismo año. Esta ordenanza establece entre otras cosas, la prohibición general de que los perros vayan sueltos por la vía pública, salvo en espacios reservados especialmente para ello. Pero se estableció una moratoria de 18 meses (hasta abril del 2016) para aplicar esta prohibición, puesto que no hay en Barcelona suficientes espacios reservados para estas mascotas. En consecuencia, y en compensación por el endureci- miento de la normativa, el gobierno municipal había de decidir ampliaciones y nuevas ubicaciones. Durante la moratoria, los perros pueden ir sueltos (salvo los considerados peligrosos, o cuando van en el metro) siempre que permanezcan junto a su dueño o cuidador, bajo su control visual, y estén adiestrados para responder a sus órdenes verbales.
Hay otras prohibiciones y obligaciones en la ordenanza, sobre algunas de las cuales ya se opuso en su día que serán de difícil control. Así, se establece la prohibición de que un perro esté atado más de dos horas seguidas o que esté solo en una vivienda durante más de doce horas. Salvo los cachorros, los perros habrán de ser sacados al exterior al menos dos veces al día.
El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento y el Colegio Oficial de Veterinarios de Barcelona colaboran en el diseño y en el establecimiento de las condiciones técnicas que han de tener las áreas reservadas. Josep Gómez Muro y Verónica Coll, presidente y técnica del colegio, explicaron ayer algunas de las condiciones que deberán cumplir las zonas de recreo animal. Estas condiciones variarán en función de las características de cada sitio, pero
en todo caso habrán de garantizar la seguridad y la comodidad para los animales y las personas. Así, habrá bancos y/o sillas para el descanso y, cuando la extensión y otras características del terreno lo permitan, caminos y senderos para el paseo.
Las vallas perimetrales de estas zonas tendrán una altura de 1,80 metros, con la principal función de evitar que los animales puedan saltar sobre ellas, pero también, en algunos casos, para que no vean actividades cercanas que les atraigan. Por ejemplo, si hay cerca una zona deportiva o de juegos infantiles, se quiere evitar que los perros quieran salir en busca de las pelotas. De manera preferible, al otro lado de las vallas se pondrá vegetación de hasta un metro de altura. El material de las vallas y de otro mobiliario que pueda haber no deberá ser susceptible de ocasionar daño a los perros,
Cada área tendrá preferiblemente dos accesos como míni- mo. y en su interior habrá elementos de juego y vegetación. Allí donde ya exista vegetación, como la arboleda del parque de la Espanya Industrial, se mantendrá, igual que el suelo con hierba. Para la función propia de un pipi-can se habilitaran espacios con albero u otros materiales en la periferia de las áreas. Y en todo caso, advierten los veterinarios, se tendrá cuidado de que no haya plantas que puedan resultar tóxicas para los animales. Así, se evitarán siempre los pinos, por el riesgo de la procesionaria.
Las fuentes de agua en las áreas de recreo de perros tendrán un mínimo de 15 centímetros de altura, y no habrá (como ocurre aún) un recipiente de obra bajo el surtidor. Con esta prevención se quiere evitar la acumulación de agua y la aparición de mosquitos. En todas la áreas habrá también dispensadores de bolsas de plástico para que los dueños o cuidadores recojan las deposiciones animales.