Pelea por la herencia de Robin Williams
La viuda y los tres hijos se enfrentan en los juzgados
Ocho meses después del suicidio del actor Robin Williams, a los 63 años a causa de una depresión y un principio de parkinson, la familia se halla inmersa en una lucha en los tribunales por la herencia.
La aparente unidad que días después del repentino fallecimiento mostraron su viuda, la diseñadora gráfica Susan Schneider, y sus tres hijos –Zachary (32), Zelda (25) y Cody (23)– de los dos matrimonios anteriores del actor se desvaneció pronto. Su última esposa presentó una denuncia alegando que los tres hijos se han llevado pertenencias de su marido “de manera unilateral” de la residencia que el actor tenía en Tiburón, en el norte de California, y donde fue encontrado sin vida el pasado 11 de agosto.
Esta semana el caso ha llegado a los juzgados de San Fran- cisco. Schneider pide al juez que los objetos de esa casa no les sean entregados, pero el abogado de los vástagos de Williams asegura que ni él ni sus representados han estado en una casa en la que se les ha negado la entrada.
Los hijos de Robin Williams han declarado al diario The New York Times que tienen el corazón roto, porque Schneider está actuando “en contra de los deseos de su padre, desafiando los planes que tan cuidadosamente hizo para su herencia”. Según los documentos aportados al juzgado, Williams legó a sus hijos todos los recuerdos y premios a lo largo de su carrera, así como otros objetos personales como cuadros, relojes, juguetes o tebeos.
Por su parte, el abogado de la viuda ha asegurado que su cliente sólo busca el dictamen de un juez sobre ciertas cláusulas del testamento, ya que ella entiende que, si le corresponde la casa donde vivía con su marido, los objetos que están dentro la propiedad también son parte de su herencia, implica que los objetos que corresponden a Zachary, Zelda y Cody son los que se encuentran en la residencia que poseía en el valle de Napa.
El testamento de Williams decía que el actor donaba su fortuna a una fundación que incluye a sus tres hijos como benefactores y ordenaba la creación de un fondo para su tercera esposa. Además, dejaba en herencia a Schneider su casa de Tiburón y todo lo que esta contenía.