La Vanguardia

‘The americans’ busca salir del anonimato en su tercera temporada

- FRANCESC PUIG

The americans es una de esas series que están pasando desapercib­idas de forma injusta. La ficción ha sido escogida como una de las diez mejores series de la televisión actual, según la lista confeccion­ada por el American Film Institute (AFI), lo que da muestra de su valía aunque no haya recibido el apoyo masivo de la audiencia.

La ficción, cuya tercera temporada estrenará Fox el próximo domingo a las 23.45 horas, parte como una serie de espiona- je al uso: Phillip y Elizabeth Jennings aparentan ser un feliz matrimonio norteameri­cano cuando en realidad son dos espías enviados hace más de veinte años por el KGB. La pareja reside en los suburbios de Washington DC en la década de los ochenta, cuando la guerra fría daba sus últimos coletazos bajo la presidenci­a de Ronald Reagan.

A la tensión, el doble juego y las sospechas que caracteriz­an cualquier ficción de espías, se añade un elemento novedoso: el matrimonio tiene dos hijos preadolesc­entes, Paige y Henry, que no saben nada acerca de la

verdadera identidad de sus padres... por el momento.

La trama predominan­te del espionaje se mezcla con la relación que los espías mantienen con su descendenc­ia. La pareja ve cómo sus hijos viven adaptados al modo de vida norteameri­cano, lo cual lleva mejor el padre que la madre. Phillip tiene dudas sobre su lealtad al imperio soviético; el estilo de vida americano es demasiado tentador con sus comodidade­s. Elizabeth, en cambio, es más exigente consigo misma: no olvida sus orígenes y es implacable con su marido.

Al frente del reparto se encuentran Matthew Rhys ( Cinco

hermanos) y Keri Russell ( Felicity) como el matrimonio Jennings. Su notable interpreta­ción está coronada por sus constantes y diversos disfraces a los que deben someterse para llevar a cabo su trabajo. Además de esta labor de vestuario y maquillaje debe añadirse otro no menor como es el cuidado trabajo de recreación de los años ochenta, al estilo de la recreación de los sesenta por parte de Mad men, con la traba que supone recrear una época demasiado cercana al presente.

La segunda temporada finalizó con Phillip y Elizabeth siendo advertidos por Claudia (Margo Martindale), su contacto con la cúpula del KGB, de que sus superiores estaban estudiando la posibilida­d de que su hija Paige se convirtier­a en espía en un futuro cercano. En los nuevos episodios, aumentarán las tensiones entre el matrimonio porque no se ponen de acuerdo sobre la posibilida­d de incluir a su hija en su doble vida.

Aunque Fox estrena el próximo domingo la versión doblada al castellano de esta entrega, seguirá emitiendo en la madrugada del domingo al lunes la versión original subtitulad­a, al mismo tiempo de su emisión en Estados Unidos.

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El matrimonio­Jennings. La pareja de espías sufre por el futuro de sus hijos

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