‘Se eu fosse mulher’
Qué largos son los pasillos del aeropuerto de Barcelona! ¡Cuánta distancia hay entre el vestíbulo de llegadas y el exterior! Eso debieron de pensar los jugadores que llegaban a la terminal y se topaban con una nube de cámaras y micrófonos que, literalmente, no les dejaban andar. El lunes el Telenotícies vespre de TV3 encadenó tres persecuciones a jugadores del Barça que acaban de poner los pies en Barcelona (Xavi, Alves, Vermaelen) y una a Dani Pedrosa. Cuatro acosos consecutivos de resultado periodístico muy pobre, pero que son de cumplimiento obligado para cualquier medio audiovisual. La prueba es la cantidad de cámaras y de micros que cerraban el paso de los deportistas.
En los años 80 las películas que aquí se titularon Aterriza como puedas y Agárralo como puedas marcaron un estilo de parodia alocada, de un humor absurdo y chapucero protagonizado por el veterano Leslie Nielsen. Las imágenes televisivas de anteayer parecían secuencias de estas películas, disparates cómicos en los que los entrevistadores supuestamente audaces tenían que correr al paso vivo de las personas abordadas y a trompicones por culpa de los hilos de micros y cámaras. El colmo fue el pobre Vermaelen, obligado a decir unas palabras mientras bajaba por unas escaleras mecánicas. Si llega a tropezar con la maleta o con los cables de los reporteros, la escena habría quedado redonda. Sal del aeropuerto como puedas.
¿Qué dijeron? Prácticamente nada. Xavi lo dejó claro desde el primer momento: “No hablaré, gracias”, lo cual no disuadió al séquito mediático que lo escoltó, para decirlo con un eufemismo, durante el recorrido. Alves fue más original. Ante la insistencia para que explicara sus contactos con el PSG, se puso a cantar una canción que TV3 no reprodujo, pero sí lo hicieron otras cadenas: “Se eu fosse mulher, eu queria ser você”. De la caza y captura de jugadores, me quedo con esta frase,
La palabra de un jugador es oro, aunque sólo diga banalidades y cuelgue tuits insípidos en la red
que no tiene nada futbolístico y que, justamente por eso, ilustra el vacío informativo.
Obstaculizar el paso de los más o menos famosos plantándoles los micros en la cara es un género periodístico en alza, con subgéneros tan específicos como los aeropuertos, las puertas de los juzgados y los entierros. La persona asaltada no suele decir nada sustancioso en estas situaciones, pero no importa. Las hogueras del fútbol, que viven de frases sueltas y palabras pescadas al vuelo, lo aprovechan todo. Porque la palabra de un jugador es oro. Sólo hay que ver la cantidad de tuits insípidos y las imágenes banales que cuelgan los futbolistas en Twitter y Facebook. Frases corrientes reproducidas aquí y allí como si fueran sentencias filosóficas.
Y así han ido pasando los días sin fútbol de club, con entretenimientos judiciales y el pie de Messi convertido en un enigma. El domingo vamos a Vigo y, como dice el tópico, será el momento de hablar en el campo. Porque el Celta nos ganó a domicilio en la primera vuelta y ya sabemos cómo son los partidos posteriores a las alegres jornadas FIFA. Ojalá que gane el Barça y que después del partido oigamos a todos los jugadores respondiendo de forma obvia a la pregunta obvia: “¿Contento por el resultado?”