El monstruo de la crisis
La entidad que preside Echegoyen saneó el balance en 719 millones
La Sareb, el banco malo nacido con el fin de absorber las malas inversiones realizadas por empresas privadas en el mercado libre, para hacérnoslas pagar a todos los contribuyentes, registró en el 2014 unas pérdidas de 585 millones de euros, una baratija si se compara con la deuda acumulada del banco, de 45.000 millones de euros.
El banco malo, la Sareb, obtuvo unas pérdidas netas de 585 millones, tras casi triplicar las provisiones hasta 719 millones por créditos de empresas que están en situación concursal y que fueron concedidos en su día sin garantía real, así como por préstamos participativos. De esos 719 millones de dotaciones, 628 millones corresponden a préstamos sin garantías impagados de empresas en concurso de acreedores y 91 millones, a créditos participativos.
El presidente, Jaime Echegoyen, explicó que esos 628 millones de dotaciones se han llevado a cabo tras una consulta específica al Banco de España. El supervisor tiene que publicar una circular que concrete todas las dotaciones del banco malo. Tras varios borradores, ese documento está siendo analizado, en estos momentos, por el Consejo de Estado. Ante la falta de concreción de esa normativa, la Sareb preguntó al organismo dirigido por Luis María Linde qué hacer con los créditos de esas empresas en quiebra, ya que muchas de ellas serán liquidadas, y la respuesta ha sido que toca provisionar, al igual que le sucede a la banca.
El presidente explicó que esas dotaciones ya estaban contempladas en el plan de negocio 2015-2027, pero se ha optado “por adelantarlas”. El anticipo de ese saneamiento, llevo a la Sareb a unas pérdidas netas de 585 millones. Sin ese quebranto, las pérdidas se hubieran quedado en 45 millones.
En el año 2013, la Sareb se anotó unas pérdidas de 261 millones, con lo que en el ejercicio 2014 se han casi duplicado. Una de las diferencias es que hace dos años se llevaron a cabo dotaciones por 259 millones, todo ello para limpiar préstamos participativos.
El presidente Echegoyen explicó que resulta difícil saber qué ejercicio la compañía empezará a dar beneficios. Y mucho menos, se atrevió a ofrecer una cifra de rentabilidad. No obstante, en un ejercicio de mayor sensatez que su antecesora Belén Romana, el directivo –que tomó las riendas en enero de este año– destacó que el obje- tivo de la entidad es “obtener rentabilidad en la deuda subordinada y devolver el capital al final de la vida de la sociedad”. La Sareb emitió bonos por 50.781 millones para la compra de sus activos, de los que ha cancelado 5.700 millones en sus dos años de vida, con lo que aún mantiene una deuda de 45.000 millones. En este sentido, matizó Echegoyen que “está descartada una ampliación de capital” por parte de los accionistas.
La llegada de Echegoyen a la presidencia ha supuesto un giro a la estrategia de la Sareb. La compañía cuenta con cuatro nuevos gestores (Haya Real Estate, Altamira, Servihabitat y Solvia) para acelerar las ventas. Mientras tanto, la compañía sigue trabajando también en la cesión de pisos a las comunidades autónomas para alquiler. Según Manuel Gómez, director general, “de las 600 viviendas cedidas a Catalunya, la mayor parte están ya alquiladas”.
Echegoyen hizo balance de los dos años de vida de la Sareb. Señaló que se han vendido 24.000 inmuebles y protagonizado 25 operaciones mayoristas.
La Sareb ha cancelado 5.700 millones de deuda en dos años, de un total de 50.781 millones
Ello ha aportado ingresos por 9.000 millones, que han servido para cancelar deuda por 5.700 millones, así como hacer frente al pago de intereses por 2.400 millones. En 2014, el banco malo vendió 15.298 viviendas, la mitad en cuatro provincias (Madrid, Barcelona, Málaga y Valencia). En opinión de Echegoyen, los precios de la vivienda han caído un 34% desde el 2008 y los del suelo, un 50%. No se descarta que haya que derribar algún inmueble.