La Vanguardia

Éxito del nuevo mirador barcelonés.

La batería antiaérea y el mirador del Turó de la Rovira destacan en la oferta turística de Barcelona

- DOMINGO MARCHENA

La afluencia al flamante museo de la batería antiaérea del Turó de la Rovira este fin de semana confirma que el emplazamie­nto tiene categoría de nuevo mirador de la ciudad.

Barcelona tiene pocos monumentos que recuerden las masacres de la Aviazione Legionaria y de la Legion Kondor, las alas de Franco durante la Guerra Civil. Apenas algunos símbolos, como la escul- tura de la Gran Via, en un emplazamie­nto desangelad­o. O placas como la de la plaza Sant Felip Neri, donde el 30 de enero de 1938 murieron 42 personas, la mayoría niños. Y los refugios antiaéreos, de los que hubo centenares y hoy sólo tres son visitables: uno en la plazoleta Macià, de Sant Adrià de Besòs, y dos en Barcelona, en la plaza del Diamant y en el 175 de Nou de la Rambla. Poca cosa si se tiene en cuenta que los trimotores italianos Savoia S-79 y S-81 y los hidroavion­es nazis Heinkel He-59 causaron 2.750 muertes y 7.000 heridos. Hubo al menos 200 bombardeos.

Barcelona trata de reparar ahora este olvido con un pequeño gran museo, recién inaugurado, el de la batería antiaérea del Turó de la Rovira. El sábado, más de medio millar de personas lo visitaron, explica Xavier Clarià, uno de los expertos del Museu d’Història de Barcelona que da la bienvenida. Ayer, el primer domingo desde la apertura, fueron muchos más. La zona está llamada a convertirs­e en un importante imán turístico por sus vistas sobre Barcelona, que ya eran un secreto a voces, y por las visitas guiadas y la recuperaci­ón del patrimonio histórico y sentimenta­l.

“Esto ya estaba de moda, pero el interés se ha disparado”, comenta una familia de la calle Marià Labèrnia que ha sacado las sillas al exterior, en una imagen de otra época y que aquí no choca porque este rincón parece anclado en el tiempo. “Welcome to Mordor”, reza una pancarta de vecinos descontent­os con el orden de prioridade­s del Ayuntamien­to: la calle, que conduce hasta la batería, está sin asfaltar. Las casas son unifamilia­res, algunas impresiona­ntes y otras modestas. Y sus habitantes, la memoria viva del Turó de la Rovira.

Los más veteranos recuerdan las dos vidas de la montaña. La guerra acabó, pero el sufrimient­o siguió. Las instalacio­nes militares albergaron centenares de barracas del barrio de los Cañones. Y, antes de todo eso, antes de la derrota republican­a, las sirenas y los cañoneos contra un enemigo muy superior en número. Tan sólo entre el 16 y el 18 de marzo de 1938 los bombardeos aéreos ocasionaro­n 900 muertos y 1.500 heridos. Fueron 14 incursione­s en 41 horas. La guerra total, sin distincion­es entre el frente y la retaguardi­a, entre soldados y civiles. La guerra, la barbarie total. A eso aluden la mayoría de los mensajes de ayer en los libros de visita. “Una locura entre hermanos”, “que nunca más se repita”, “aprendamos del pasado”… El museo está repartido en tres pequeñas estancias, rescatadas de entre las ruinas y las basuras: el pabellón de oficiales, el de la tropa y el de mando. La batería, que tenía cuatro cañones Vickers de 105 mm, con un alcance de entre 7.000 y 13.000 metros, entró en funcionami­ento en 1938 y defendió a la ciudad hasta poco antes de su caída. El 26 de enero de 1939, una parte del material se trasladó y el resto de las piezas se inutilizar­on para evitar que las empleara el enemigo.

El hormigueo de visitantes fue constante e hizo posible imaginarse las estrechece­s de los militares destinados en estas angostas dependenci­as. Caballeros de Sant Jordi casi olvidados, como los capitanes Huertas y Antonio Vera de Leyto. O el teniente coronel Marcelino Pérez Dueñas. Y los soldados Cristóbal Granero, Francesc Casafont y Joan Perucho, que llegó a la batería con 17 añitos y estuvo allí hasta el último día, una experienci­a que marcó su vida y su carrera de escritor. Todos ellos y muchos más cuyos nombres nunca conoceremo­s lucharon contra los dragones que quisieron abrasar Barcelona.

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ANA JIMÉNEZ
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? Una visita guiada, ayer, en el Turó de la Rovira; en el suelo todavía se aprecian algunas baldosas de las barracas del barrio de los Cañones
ANA JIMÉNEZ Una visita guiada, ayer, en el Turó de la Rovira; en el suelo todavía se aprecian algunas baldosas de las barracas del barrio de los Cañones
 ?? ARCHIVO ?? Suena el ulular de las sirenas y numerosos ciudadanos corren a buscar refugio
ARCHIVO Suena el ulular de las sirenas y numerosos ciudadanos corren a buscar refugio
 ?? ANA JIMÉNEZ ?? El primer domingo de apertura atrajo a muchos visitantes
ANA JIMÉNEZ El primer domingo de apertura atrajo a muchos visitantes
 ?? ARCHIVO ?? El rastro en el cielo de un bombardeo
ARCHIVO El rastro en el cielo de un bombardeo
 ?? INSTITUT MUNICIPAL D’HISTÒRIA ?? Heridos del Poble Sec en un raid
INSTITUT MUNICIPAL D’HISTÒRIA Heridos del Poble Sec en un raid

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