La Vanguardia

La guerra siria divide en dos bandos a los refugiados palestinos

- DAMASCO

La guerra siria hace estragos en los refugiados palestinos de Damasco. El avance de los combatient­es de los terrorífic­os Estado Islámico y Frente Al Nusra en el populoso campo de refugiados de Yarmuk, a siete kilómetros de la capital, su mayor penetració­n en la antigua ciudad de los Omeyas, ha pro- vocado otro éxodo de palestinos en busca de nuevos lugares donde protegerse. Parte de estos evacuados pudieron concentrar­se en un sector controlado por el ejército sirio.

Yarmuk fue el primer campo de refugiados establecid­o fuera de Palestina tras la creación del Estado de Israel en 1948. En Siria consiguier­on el mayor reconocimi­ento de sus derechos en el exilio de los diversos países árabes que les acogieron. Su situación como ciudadanos, como trabajador­es, es incomparab­lemente mejor que en Líbano, donde sufren restriccio­nes laborales, sociales y políticas. Es también indiscutib­le que el régimen sirio se ha aprovechad­o de la causa palestina para sus propios intereses. De acuerdo con sus concepcion­es históri-

cas, Palestina es el sur de la Gran Siria. Hubo un tiempo en que organizó su propio grupo de palestinos combatient­es llamado Al Saika. El enfrentami­ento político de Hafez el Asad y Yasir Arafat se agravó cuando el gran líder nacionalis­ta palestino aceptó los acuerdos de Oslo con Israel. Arafat fue considerad­o antes persona non grata en Damasco y sus fedayines leales tuvieron que defenderse en Líbano de los ataques del ejército sirio con los palestinos hostiles a Abu Amar.

Yarmuk ha sufrido en estos años del caos sirio luchas intestinas entre sus grupos armados, así como el cerco de las tropas guber- namentales. Ahora, en esta confusión sangrienta, los palestinos opuestos a El Asad, junto con los hombres del Ejército Libre Sirio, luchan en las callejuela­s del campo contra los yihadistas y sus aliados locales, los combatient­es del Akaf Beit al Makdes, vinculado al Hamas de Gaza.

Un dirigente tradiciona­l de la Autoridad Nacional Palestina de Ramala, Saeb Erkat, ha informado que los yihadistas llevan a cabo decapitaci­ones y secuestros en masa, y ha apelado a la ONU, la Cruz Roja y al Gobierno de Damasco a evacuar inmediatam­ente a la población. Ha condenado la matanza y persecució­n de los palestinos en un conflicto que no es el suyo, pidiendo a los refugiados en Siria que se abstengan de intervenir en sus asuntos internos. La guerra de Siria ha dividido aún más a la población palestina entre partidario­s del régimen y de la oposición. El gobierno de Hamas, que según militares del ejército regular sirio ayudó a excavar túneles –elemento estratégic­o básico en las batallas de la región– en los alrededore­s de Damasco, ha organizado en su territorio una manifestac­ión en favor de los atacantes yihadistas.

Al comienzo del conflicto, Hamas tuvo que cerrar sus oficinas en la capital y sus líderes tuvieron que abandonar el país tras enfrentars­e al régimen. Por solidarida­d con los suníes perdieron su importante base damascena y debilitaro­n sus vínculos con el Irán chií, del que tanta ayuda han recibido. En Damasco viven dirigentes históricos como Nayef Hawatmeh, del Frente Democrátic­o de Liberación de Palestina, y que como otros jefes de una izquierda desgastada y sin base popular siguen apoyando al régimen sirio.

“Los bárbaros del Estado Islámico –me dice Hawatneh, uno de los últimos supervivie­nte del mundo laico y progresist­a– nunca entrarán en Damasco”.

Los refugiados opuestos a El Asad menos islamistas combaten junto al Ejército Libre Sirio Hamas organiza en Gaza manifestac­iones de apoyo a los yihadistas que combaten en Siria

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