Pintar a los 39 años
TOMIE OHTAKE (1913-2015) Artista plástica nipobrasileña
Tras su paso por Madrid, París y Río, los responsables de la última retrospectiva de Salvador Dalí eligieron el Instituto Tomie Ohtake para presentar la exposición en São Paulo, donde pudo verse hasta enero. Un ejemplo del prestigio de este museo privado ligado al nombre de su fundadora, la artista plástica nipobrasileña Tomie Ohtake, que falleció en la capital paulista apenas unas semanas después de la clausura de la muestra daliniana, con 101 años.
Nacida como Tomie Nakakubo en una familia acomodada de la ciudad japonesa de Kyoto en 1913, la vida artística de Ohtake está ligada sobre todo a Brasil, país donde acabó viviendo sin pretender ser emigrante, y donde empezó a pintar tarde y casi por casualidad. En el gigante sudamericano, donde se halla la comunidad japonesa más grande, Ohtake era hasta su muerte toda una institución y se la conocía como “la dama de las artes plásticas brasileñas”.
En 1936 viajó a São Paulo junto a su hermano Teisuke para visitar unos meses a otro hermano, pero el ambiente prebélico de la Segunda Guerra Chino-Japonesa (1937-1945) tornó com- plicados los traslados en barcos comerciales. Mientras Teisuke tuvo que regresar a Japón para incorporarse al frente, donde murió, Tomie se enamoró de otro inmigrante, el ingeniero agrónomo Ushio Ohtake, con quien se casó el mismo año de su llegada y de quien conservó el apellido a pesar de separarse en los años sesenta.
Un artista japonés de la época pasó por São Paulo en 1952 e im- provisó algunas clases de pintura en casa de Ohtake, hasta entonces una convencional ama de casa de clase alta. Desde ese momento, con 39 años, Tomie comenzó a pintar y ya no paró de hacerlo, ganándose en poco tiempo el aprecio de la crítica local. En 1968 se nacionalizó brasileña para poder representar a Brasil en muestras internacionales, lo que logró en la Bienal de Venecia de 1972. También estu- vo presente en ocho ediciones de la Bienal de São Paulo y en las dos primeras (1984, 1986) de la Bienal de La Habana.
“Tomie es una artista que busca la experiencia de la imperfección”, dijo de ella el director del Museo de Arte de Río (MAR), Paulo Herkenhoff. “Creó una geometría particular en sus pinturas, que se aproxima al neoconcretismo de la segunda mitad del siglo XX, definido por la geometría subjetiva”, escribió sobre Ohtake la revista Veja.
Sus obras están sobre todo en los principales museos brasileños, como el Museo de Arte de São Paulo (MASP), el Museo de Arte Moderno de Río (MAM), el Museo de Arte Contemporáneo de Niterói (MAC) o en la Pinacoteca del Estado de São Paulo.
Aunque nunca volvió a vivir en Japón, Ohtake mantuvo el contacto con su país natal y viajó en numerosas ocasiones. Allí tiene obras en varios museos y algunas de sus características y grandes esculturas rojas, que pueden verse varias ciudades brasileñas. Uno de sus dos hijos, Ricardo, es el director del Instituto Tomie Ohtake, mientras que el otro, Ruy, es un reconocido arquitecto.
Pese a su tardío comienzo, triunfó y sus obras se exponen en los principales museos de Brasil